SABRA
A principios de los
noventa viajé a Israel para hacer un Curso de capacitación.
Un jueves por la tarde estaba
tomando una cerveza frente al Mar Mediterráneo en Yafo o Jaffa, un puertecito con
casi 3000 años de historia a 5 km del centro de Tel Aviv. Estaba con dos
compañeros del curso, un Ingeniero Agrónomo Colombiano y un colega de México.
En un momento vimos venir
a tres soldados hacia nosotros. Eran dos mujeres y un varón. Vale comentar que en
ese país los varones hacen el servicio militar obligatorio tres años y las
mujeres dos.
Es habitual ver al
ejercito de Israel hacer recorridas por cuestiones de seguridad en todo su
territorio en forma permanente. Recorridas que por lo general suelen ser en
grupo de 3, 4 o 5 soldados.
Los tres quedaron cerca
nuestro refrescándose en una fuente de agua cercana a donde estábamos sentados.
Llevaban fusiles- ametralladoras, tal vez una Uzi de fabricación israelí y
pistolas de calibre importante en sus cartucheras.
Las chicas eran dos
morochas que parecían bonitas, aún con todo su uniforme, correajes y el armamento
encima.
En ese momento el mexicano
comentó algo así como: ”Linda mamacita, pero como carajo te acércas a una mujer
armada hasta los dientes”.
Una de ellas escuchó. Entendía
el español perfectamente y se acercó. Preguntó de dónde veníamos y ella comenzó
un diálogo de unos minutos con nosotros. Explicó que su mama vivió muchos años en
Uruguay y ahora vive en Israel, de allí que dominaba el idioma.
Fuí el último en
participar de la conversación, hasta que la chica soldado me preguntó de qué país
venia…Y preguntó también si yo era tímido. Dije que no, que suelo conversar
mucho, pero que me intimidaba un poco las armas. (Hasta el dia de hoy sólo
disparé dos veces con una escopeta).
Todos se rieron de mí un
poco. Charlamos otro rato hasta que saludaron y empezaron a alejarse, pero
antes, la que hablaba español me miró fijamente ( tenía ojos claros) y me dijo:
“No te preocupes, aunque nos veas con estas armas, las mujeres de Israel somos
Sabra“.
Viendo mi cara de no
entender, agregó: “Sabra para nosotros o Tuna como la conocen ustedes, es una
fruta del desierto. Es dura y espinosa por afuera, pero es muy dulce y carnosa
por dentro”
No la dejé ir sin
acercarme a ella y decirle algo en el oído.
Al otro día, en viernes y
comienzo del Shabat, yo la esperaba en el mismo lugar para escuchar un festival
de música en la plaza central del puerto de Yafo.
Llegó un rato más tarde,
de impecable minifalda ajustada negra y con el pelo suelto. Sin armas, claro…
Clason (S.Fe) enero 2025
SOQUETES RAYADOS A mis 66 años me
compre Soquetes de lana gruesa, rayados. Con rayas anchas, visibles desde
lejos. Las rayas son de 4 colores: blanco, azul, verde y amarillo. Los zoquetes
son gruesos, abrigados. En este verano que comienza los uso con sandalias .
Desde que los uso todos me preguntan – “¿Por qué llevas puestos soquetes
de lana rayados en pleno verano? Pocas veces contesto. Y las pocas veces que respondo, les digo a todos
lo mismo: No sé por qué. (aunque sí sé por qué). Me
volví viejo, gordo y feo; no se cuándo ni cómo. No tengo riquezas. No soy
exitoso, no poderoso (como entiende por
acá la mayoria eso de tener éxito: plata, fama y plata, más plata). Soy un simple jubilado que va a vivir con “la
mínima”; que en Argentina es entrar casi al infierno en la categoria de
pobrísimo o indigente, despues de estudiar unos 20 años para tener un Título
Universitario y de trabajar unos 40 años en la Profesion. El Título de Jubilado en Argentina te condena a
una etapa de asistencia del Estado (remedios, atención en salud, subsidios)
cuando deberíamos empezar a disfrutar de
una vida relajada. En
muchos casos, los jubilados piden ayuda a
sus hijos para sobrevivir. Los viejos se vuelven invisibles para casi todo el mundo. Parecen
seres de otro planeta al que muchos desechan; no les hablan, no se los consulta
( cuando tienen una vida plena de experiencia para contar), a no ser que sean
exitosos, con plata, etc. Los viejos se
vuelven invisibles para la mayoría mayoría. Aunque no es mi caso...Yo me compré un par de soquetes
rayados, de lana muy gruesa, con rayas anchas muy visibles, de cuatro colores
fulgurantes, estridentes, violentos, muy vistosos. Los uso en verano, con sandalias y bermudas. Todos
me ven y preguntan – “¿Por qué usa esos soquetes de lana en verano?”. Me rio. Pocas
veces respondo… Ahora sé que existo. No soy un viejo
cualquiera. Soy el viejo loco de los soquetes rayados de colores fulgurantes, vistosos;
al que todo el mundo mira y le habla. El que provoca risas y comentarios diversos.
Gustavo F. Farroni (En Clason, Provincia de Santa Fe, el 25 de
noviembre de 2023)
SE SABE CUANTO ME GUSTA!
LA NOCHE COMENZÒ MOSTRANDO UNA
LUNA EN CUARTO MENGUANTE ESPECTACULAR QUE LLEVABA PUESTO UN VESTIDO NARANJA; HASTA QUE
SE CUBRIÒ DE PLATA A ESO DE LAS 11.30 DE LA NOCHE. ESTABA SUGESTIVA ESA LUNA, MUUUY... (SE SABE!! TODOS LOS QUE ME CONOCEN, SABEN CUANTO ME GUSTAN LAS NOCHES ALUNADAS:
"ME CONVIERTO EN PERRO";
" OTRA VEZ LA LUNA "
Y ETC., ETC.)
ELLA ESTABA CONMIGO : ATRACTIVA; INSINUANTE.
Y DE PRONTO LA VI
ALLI SENTADA, MOSTRÀNDOME UNA PARTE DE SUS ENCANTOS ...SOLO UNA PARTE!!
Y ENTONCES LE DIJE, PARAFRASEANDO A SABINA... (SE SABE CUANTO ME GUSTA SABINA!) "QUEDÀTE
CONMIGO. NO HAY FORTUNA QUE VALGA EL CORAZÒN QUE TE DARÈ..." Y ELLA...NO
CONTESTÒ NADA...SOLO ME MIRÒ A LOS OJOS, SONRIÒ Y ME
INVITÒ A BRINDAR ; LUEGO A BAILAR
CON ELLA UN RITMO CUBANO.
...AL AMANECER, NOS
DESPERTÒ EL SOL QUE ESPIABA EN MI
VENTANA. (SE SABE!! : ME ENCANTA EL SOL
DEL AMANECER !! PERO NO ME GUSTA -ME
ROMPE SOBERANAMENTE LAS PELOTAS- QUE ENTRE SIN GOLPEAR, PORQUE PUEDE ROMPER EL HECHIZO DE LA NOCHE
ANTERIOR.!! )
LUEGO DE UN CAFÈ
LIGERO EN LA MAÑANA, ELLA SE MARCHÒ...
AH!! ME OLVIDABA!! ...LA MAGIA CONTINÙA!!! EL HECHIZO NO SE ROMPIÒ!!
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ME GUSTAN LOS BARES...
ME GUSTAN LOS BARES QUE TIENEN HISTORIA, O ALGÙN ATRACTIVO PARTICULAR...SON COMO LAS MUJERES MADURAS
Y CON HUELLAS: CUANDO TIENEN LA PIEL APERGAMINADA, UN CAMINO RECORRIDO, ENERGÌA EN LA MIRADA Y TRASUNTAN INTELIGENCIA,
MUCHAS SE VUELVEN ABSOLUTAMENTE SEDUCTORAS Y ATRACTIVAS.
LA VIDA PASADA -DE LOS BARES Y DE LAS MUJERES- INVITA A
CONOCERLOS. A TRATAR DE LEER QUE ES LO QUE HA PASADO POR
SUS PIELES, POR SUS PAREDES.
ES ASÌ QUE EN LA CIUDAD DE EL CAIRO, EN EGIPTO, ESTUVE
DISFRUTANDO DE UN EXCELENTE CAFE ÀRABE (AUNQUE
NOS EMPEÑAMOS EN LLAMARLO "CAFE TURCO") DURANTE UN PAR DE HORAS EN EL EMBLEMÀTICO CAFE-BAR "EL- FISHAWY", CONOCIDO MUNDIALMENTE POR EL
NOMBRE DE "EL BAR DE LOS ESPEJOS", DEBIDO A LOS ESPEJOS
VARIADOS EN FORMAS Y TAMAÑOS QUE ADORNAN SUS PAREDES.
EL-FISHAWY TIENE LA PARTICULARIDAD ANCESTRAL QUE ES UN BAR DESDE HACE UNOS DOSCIENTOS AÑOS. Y QUE ATIENDEN AL PÙBLICO LAS VEINTICUATRO HORAS DURANTE LOS TRESCIENTOS SESENTA Y CINCO DÌAS DEL AÑO. ESTÀ UBICADO EN EL CORAZÒN DE LA
FERIA POPULAR DEL MERCADO LLAMADO "KHAN AL KHALILI" ( o "JAN EL JALILI" COMO SE LO PRONUNCIA HABITUALMENTE)
JAN EL JALILI ES PARA
LOS ÀRABES UNA FERIA O EL MERCADO; EL ZOCO MÀS GRANDE Y ANTIGÛO DEL MUNDO ( ALGO
ASÌ COMO LA SALADITA EN BUENOS AIRES, PERO MULTIPLICADO POR VEINTE O TREINTA VECES). LOS EGIPCIOS CONSIDERAN QUE PASARON
UNOS SEISCIENTOS AÑOS DESDE QUE LA FERIA SE ESTABLECIÒ ALLÌ.
POR ESE BAR HAN PASADO MILES DE PERSONAS DE TODO EL MUNDO,
INCLUYENDO ARTISTAS, DEPORTISTAS, PROFESIONALES, INTELECTUALES,
ESCRITORES,ENTRE OTROS. LOS PARROQUIANOS
DEL LUGAR COMENTAN ORGULLOSOS QUE EL
PRIMER PREMIO NOBEL DE LITERATURA EGIPCIO Y DE LA LENGUA ÀRABE NAGUIB MAHFOUZ (OBTUVO EL NOBEL EN 1988)
ESCRIBÌA EN ESE BAR. EN SUS MESAS
Y EN LOS CALLEJONES CIRCUNDANTES
AMBIENTÒ LA NOVELA "EL CALLEJON DE LOS MILAGROS"
EN EL BAR COMPARTÌ ADEMÀS DEL CAFÈ (LO SIRVEN CON SEMILLAS TOSTADAS DE ZAPALLO , MELONES
Y GIRASOL COMO "INGREDIENTES")
UNA EXCELENTE DEGUSTACION DE UNA
SISHA, O YIYA O NARGUILE. ESTUVE
ACOMPAÑADO EN ESTE ESPACIO POR
ALÀ...QUE NO ERA NINGÙN DIOS, COMO ÈL MISMO ME DIJO, SINÒ EL GUIA EN EL CAIRO CON QUIEN CONVERSÈ DURANTE UN PAR DE HORAS EN
EL-FISHAWY. YO LO LLENABA DE PREGUNTAS-
UNA DETRÀS DE LA OTRA- Y ÈL ME RESPONDIA
AMABLEMENTE EN UN CASTELLANO PERFECTO.
EN ESE ESPACIO ABIGARRADO Y CAÒTICO PARA NUESTRAS
COSTUMBRES, PERO PERFECTO Y ENCANTADOR PARA LOS QUE DISFRUTAMOS DE LAS
DIFERENTES CULTURAS, PASABAN VENDEDORES POR LAS MESAS DE CUANTA COSA SE PUEDE LLEVAR ENCIMA. TODO LO QUE SE PUEDA IMAGINAR Y
SEA TRANSPORTABLE SE VENDE POR ESE LUGAR.
AMBIENTABA EL BAR UNOS ACORDES DE CANCIONES ÀRABES TRADICIONALES QUE UNAS MESAS MAS ALLÀ ENTONABAN MÙSICOS NATIVOS.
RECOMIENDO ESE BAR. TIENE MISTICISMO ENANCADO TRAS SU HISTORIA. ES MUY
BUEN REFLEJO DE LAS COSTUMBRES; DE
LA CULTURA DE EL CAIRO Y DE SU GENTE ; UNA
MUESTRA DEL CONTORNO, DE LA FEBRIL ACTIVIDAD
QUE DESPLIEGAN LOS QUE TRABAJAN EN LA FERIA. ES PARA EL DESCANSO Y EL GOZO DE LOS VISITANTES DEL MUNDO QUE CAMINAN EL EMPREDRADO DESPAREJO DEL MERCADO.
DIFICIL RESISTIR LA TENTACION Y EL EMBRUJO QUE INVITA A DETENERSE EN EL BAR. EXISTE UN INFLUJO Y UNA FUERZA QUE NO ES COMUN... ES COMO ESAS MUJERES QUE
TIENEN UN HALO INDESCRIPTIBLE DE MISTERIO EN LA FIGURA Y EN LA MIRADA. ..
INVITAN A ACERCARSE...A DETENERSE ...A
DELEITARSE.
Gefe.
LA PLATA . 11/11/ 2017
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NI
LEONES NI CORDEROS. ¡LOBOS O
PERROS !
Provocar y disrumpir parece ser su idea. Con un marco
abundante de gente y muchas banderas amarillas de Gadsden* O el logo de "Prohibido el Che", predijo
que va a RECONSTRUIR ARGENTINA. Que VA A CORRER A LOS POLÍTICOS a patadas en el
culo. Que piensa derrumbar el modelo defendido por la CASTA POLITICA, sin ver que
su participación está llegando al nivel de "LOGRARLO... COMO SEA. Es un referente del movimiento LIBERTARIO , de
derecha. Su imagen crece más en CIUDADES Y PUEBLOS PEQUEÑOS. ( A veces de la mano de las religiones!). Dice
que va a hacer una gran REVOLUCION MORAL para crear una sociedad que crezca con el fruto
de su propio trabajo. Quiere DINAMITAR LAS BASES DEL SISTEMA para construir de nuevo la ARGENTINA LIBERAL
que pensó JUAN BAUTISTA ALBERDI. NO VIENE A GUIAR CORDEROS...VIENE A DESPERTAR LEONES, DICE. Y utiliza una
voz potente como León Rabioso para
advertir y asustar a los contrarios. Como veterinario que soy, les
comento que los Leones viven en grupos y
la función más importante es DEFENDER EL TERRITORIO. En la manada hay MAS
HEMBRAS que machos, porque SON LAS LEONAS LA QUE HACEN LA MAYOR PARTE DE LA
CAZA , ADEMAS DE CUIDAR A SUS CACHORROS. Cuando Un LEÓN MACHO se convierte en líder del grupo, es usual que MATE A
TODOS LOS CACHORROS DE SU PREDECESOR, PARA ASEGURAR que sus cachorros sean los sucesores. (Violeta Parra
escribió en una canción que " EL
LEÓN ES UN SANGUINARIO EN TODA GENERACIÓN").
El
León es torpe, por eso CAZA EN GRUPO y CON
las hembras. Cuando logran atrapar algo , el primero que come ES EL
MACHO, LUEGO LA HEMBRA Y POR ULTIMO LOS cachorros. El León es el REY DE LA
SELVA; pero en realidad son las LEONAS
las que tienen un papel clave en Manada. (¡ Que paradoja tan contundente
para un rey !!)
...Ni ovejas , ni leones, seamos
LOBOS o PERROS!...LOS LOBOS TRABAJAN EN EQUIPO, NO TIENEN LINAJE NI DIFERENCIACION
SOCIAL en la Manada. Viajan juntos Y SE
AYUDAN siempre: LOS ENFERMOS MARCHAN ADELANTE para marcar el ritmo al grupo; PORQUE SI
FUERA AL REVES, QUEDARIAN ATRAS Y SE PERDERIAN.
Detrás
de los enfermos VAN LOS MAS FUERTES para
defenderlos en caso de ataques. En el
Centro està el RESTO DE LA MANADA. Al
final, SOLO, viaja el MACHO ALFA, que desde atrás observa a todos, los
controla y direcciona..En definitiva, se ayudan uno al otro y se cuidan entre todos. Los
LOBOS TIENEN SENTIDO DE GRUPO, DE PERTENENCIA;
Y LA SOLIDARIDAD ES SU FORMA DE VIDA. Los perros son parientes
directos de los lobos. Muy parecidos a ellos en su comportamiento; son el mejor
amigo del hombre; se comportan como un
miembro de la familia cuando se los adopta...
En definitiva, ¿Qué buscamos los
Seres Humanos en nuestro paso por la
vida ?. Que nos abracen, que nos quieran; vivir sanos y en paz. Crecer sin sobresaltos
mayores rodeados de nuestros afectos, que por lo general es la Familia de cada uno de nosotros. Probablemente
los Jóvenes tengan un futuro muy duro en Argentina. Tenemos que pensar nuevas Utopías (con los pies sobre
la tierra) para transformar la vida de las generaciones que vienen. El futuro
será Ecológico, Inclusivo y Feminista ( M. LIFCHITZ) o NO SERÁ... Para ello TENEMOS QUE CONSTRUIR alianzas, grupos,
coaliciones, CON OBJETIVOS CLAROS que tengan por finalidad LA SOLIDARIDAD Y LA JUSTICIA; LA TRANSPARENCIA
Y EL RESPETO POR LA DEMOCRACIA Y EL
DIÁLOGO. Con ideas y objetivos claros para avanzar, y avanzar. Ergo: NO hacen falta FALTA CORDEROS SOMETIDOS NI
LEONES DE RUGIDO ESTREPITOSO que nos
digan que el mundo es de los Fuertes o de los más Capacitados y que NO hace falta el Estado. El Estado NO DEBE DESAPARECER .Es una
estructura que tiene que garantizar los derechos de todos, otorgando JUSTICIA DISTRIBUTIVA; en lo posible, con Jueces Sociales. Si solamente triunfan los fuertes y poderosos, SE VAN A
PERDER DERECHOS que se consiguieron A LO LARGO DE MUCHOS AÑOS. Y los que más van a sufrir serán los DEBILES, LOS MAS POBRES, LOS
VULNERABLES.
Buscar la Paz con violencia verbal es otra Paradoja muy rara, además de
perversa. NO NECESITAMOS QUE NOS ESPANTEN A RUGIDOS o que nos quieran masificar
con Slogans perimidos de índole fascista
(ARGENTINA sigue siendo un país con Resabios de FASCISMO).
...BAJAR LA INFLACIÓN,
GENERAR EMPLEO REAL; FEDERALIZAR EL PAÍS; BUSCAR JUSTICIA DISTRIBUTIVA, UNIR AL PUEBLO COMO HACEN LOS LOBOS!!!...¡Esta debe
ser la tarea de los Políticos! Gefe (Gustavo Farroni , Clason; Pcia de Santa Fe) Agosto DE 2021
Nota*Bandera de Gadsden:
se usó como Símbolo del Nacimiento de los EE UU. Aunque actualmen te se
usa como símbolo de manifestaciones racistas, a favor de las armas o de la
intolerancia. Durante la Pandemia esta bandera
fue usada como símbolo de manifestaciones CONTRA LAS REGLAS DE LA LUCHA ANTI COVID 19.
El creador de esta Bandera era el
General Americano Christopher Gadsden
que era esclavista.
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QUERIA COMBATIR EN LA ARENA
Primero pasè debajo del Portal que da la bienvenida a la parte antigûa de Verona. Despuès atravesè
lentamente la Piazza Bra y enfilè hacia el Anfiteatro La Arena,
el Circo Mayor de Verona en esa
Regiòn del Vèneto. Me sobresaltè sobremanera cuando me detuve en el medio del
Anfiteatro...Sentì fatalmente el influjo
de la historia de la ciudad cayendo sobre mi (eso que no era mi primera vez en ese lugar).
La Arena de
Verona fue construìda en el Siglo I durante el reinado de un tal Tiberio, que
armò ese espacio para peleas de Gladiadores.
Era parte del precepto del "Pan
y Circo" que imperaba en esa època en el Imperio Romano...Precepto que con
otras formas y otras costumbres, aùn perdura en muchos paìses.
Cuando pisè el manto amarillo de La
Arena no pude dejar de pensar en todos los que lucharon allì desde la
inauguracion. Durante casi 400 años los Gladiadores y Esclavos eran preparados en
los Ludus (Gimnasios o Centros de entrenamiento de la època) y despuès peleaban
aquì y entretenìan a las Masas con cada matanza, hasta que un Emperador llamado
Honorio prohibiò los "juegos" en el
año 404 y asì el Anfiteatro estuvo sin uso por varios años.
Me detuve - de pie- en el centro justo de ese lugar mientras
pensaba acongojado en las muertes brindadas allì para satisfacer al pùblico que venìa de lugares remotos. Por
unos momentos cerrè los ojos e imaginè a la multitud enfervorizada vivando a los gladiadores, mientras los esbirros del
Emperador les tiraban pedazos de pan. Mi corazòn se acelerò por instantes con latidos acompasados que
golpeaban mis sienes. Me parecìa estar en el centro de una pelìcula de luchadores
y su esfuerzo por sobrevivir. ...
Y de pronto, casi sin darme cuenta,
con los ojos cerrados y puños apretados, en èxtasis,
me sentì uno de ellos. Un Gladiador màs. Yo, solo, rodeado por màs de
veinte mil personas que gritaban enfervorizadas. Sentì remolinos de energìa en
el cuerpo. La sangre caliente. Un vòrtice suave de grànulos de fino sìlice me
golpeaba en la cara... Tal vez eran los combatientes...
Apretè màs fuerte aùn los puños y me
escuchè diciendo: - Que larguen los
animales! Y agreguè - ¡Que entren los gladiadores! y me dije para
mì: "Y no pregunto cuàntos son,
sinò que vayan saliendo!! Que yo soy
toro en mi rodeo y torazo en rodeo ajeno", parafraseando la Memoria
del Gaucho Fierro. Se habìa apoderado de mi ese AFAN DE PROTAGONISMO que
tenemos todos los mortales.
Un aire y una energìa extraña invadìan
el lugar. Creo que eran los efluvios de tantos romanos sacrificados que me daban
fuerza. Yo me enfervorizaba màs y màs con los gritos de la multitud que me
insultaba y pedìan que me retire de la Arenal.
Claro; entendì que yo era un perfecto desconocido
para ellos y que debìa ganarme el respeto del Pueblo con muertes. Y para tener
muertes en mi haber, tenìa que ganar muchos combates...Y un hijo de estas
Pampas no los iba a dejar con las ganas!
¡Ese AFAN DE PROTAGONISMO ESTUPIDO!...ESE SEGUNDO DE FAMA...Estaba a mi
alcance allì, en ese Anfiteatro; el tercero màs grande despuès del Coliseo
Romano y el Anfiteatro de Capua, en la Regiòn de Campania.
Creo que
fueron varios largos segundos -o minutos?- con los ojos cerrados mientras la sangre se agolpaba en mis sienes y en mi
frente. Se apoderò de mì el deseo de ganar
cuanto combate se me presentara; que la gente me vitoree y me ame...Para llegar despuès al Coliseo, en Roma, la Capital
del Imperio.. Entrar triunfante en Roma para luchar y ganar màs y màs fama,obtener
dinero y mi libertad como la ganaban los
esclavos-gladiadores si se coronaban campeones.
"... Ah!
Conseguir el preciado Rudi de madera..." Cuando a un gladiador victorioso se le entregaba en premio
una espada roma de madera (rudi) era la señal de que habìa llegado al
tope de su prestigio, èxito tras èxito. En ese momento se le autorizaba para
abandonar la profesión de gladiador.
Seguì apretando los ojos, los dientes, excitado. Sostenìa mi Espada con gallardìa a la espera de los
luchadores que me enfrentarian...Los gritos y los insultos llegaban hacia mi
desde todos lados de ese hermoso espacio que tiene ciento cuarenta metros
de largo por ciento diez metros
de anccho.
El que me sacò de ese letargo pre-pelea fue un grito de mi primo Alberto, con quien
visitè La Arena (Él vive a veinte kilòmetros de Verona) . Me alertò para que
saliera del lugar. En realidad los que
me querian sacar de allì con premura
eran unos obreros que tenìan que armar
un escenario para un Espectàculo Musical que presentaban ahì el dia siguiente. Yo molestaba; parado justo alli - absorto- en el medio de la pista donde se colocarìan
los tablones del escenario y las luces.
A l lado de
mi primo apareciò de repente el Sindaco
(Intendente ) de la Ciudad que miraba sonriente y molesto a la vez. Cuando volvì en mì luego de ese èxtasis, intentè explicar lo que me sucedìa. El Sindaco comprendiò en seguida la situaciòn
y como buen politico me dijo que no habìa problemas, pero que me hiciera
a un costado para que los Municipales trabajen. Entendiò lo que me estaba
sucediendo!
A modo de
compensaciòn el intendente - me viò consternado-
me ofreciò una entrada para el Coliseo Romano:
un Boleto para un espectàculo teatral donde
se mostraban los Juegos como eran entonces.
Esa entrada incluìa unas porciones de pizza y una copa de Proseco, un vino blanco espumante de la regiòn. Le pedi que intercediera para que pueda actuar con ellos en el Coliseo Romano -comente
que soy actor- pero con una sonrisa sarcàstica me contesto que no. Que èl no podia interceder. Luego, en voz baja
, mirando mi inmensa humanidad agrego que "si cae sobre los
Gladiadores o los Mùsicos del Espectàculo
puede lesionarlos gravemente
...Està excedido de peso ".
Seguramente
viò mi cara de disgusto, porque despuès
quiso disculparse"por la broma de mal gusto" que profiriò. Y me dijo que ponìa a mi disposiciòn tambièn
otras dos entradas gratuitas para la
Opera "Aida" de Giuseppe Verdi
que se hace anualmente en La Arena de
Verona con las mejores voces del Pais,
mientras aclaraba por si hacìa
falta, que ese Anfiteatro tiene una de las mejores acùsticas del mundo, y que
seguramente yo disfrutarìa del concierto.
Me fuì de La
Arena un rato màs tarde, avergonzado; cabeza gacha, como silbando bajito.
Dìas
despuès, cuando descendì del aviòn en Buenos
Aires volvi a mi pueblo. Desde ese
momento me propuse firmemente bajar de
peso ... Porque voy a volver a Verona y
a su Arena.
Gefe, en Clason(Sta
Fe) el
22/12 / 2017
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CONOCIENDO EL MUNDO
Explora todo Nina. Y con decisión: el agua , la arena; hacia arriba el cielo y el sol y hacia abajo la tierra, los insectos, el verde. Explora el mundo con paso firme, preciso; cuasi
màgico cuando deja la huella de sus pies pequeños en la playa. Y cuando levanta
la mirada , olfatea inmensidad intentando descifrarla. Se la ve atenta e
inquieta, administrando gestos seguros e inquisidores. ¿Quién sabe adónde te
llevaran tus pasos? ¿ Cuánto verè yo de tu caminata? Esa caminata eterna que es la vida para descubrir, para
conocer, para aprender, para vivir!
Decía
Charles Chaplin (te sugiero con amor de abuelo que mires sus películas ): ..." El mundo pertenece a quienes se
atreven a vivir. La vida vale mucho para ser insignificante."
Seguí siempre con esa
energía Nina. Porque uno de los secretos
de la vida es atreverse a buscar
y aprender siempre. Hay que luchar con fuerza, pasión y amor para conseguir lo
que deseamos. Todo mi amor y ternura de Abu esta con vos Nina.
Abuelo Gustavo, para el 06 de enero de 2021 , en Clason
(Sta Fe)
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TRIBUTO A TATO BORES
Gustavo F.Farroni /Agosto
2002
Un dia - hace muchos
años- estaba de viaje en Bs As. Decidì ir
a almorzar a “La casa de Anibal Troilo” y lo vi allí, solo en un rincón. ..¿Es
Tato Bores?; o me parecía que era él. ¿Es?, ¡No es! ¿Es? No es...
Sí, es él. Voy a saludarlo dije...Me dara pelota?, me acerco y
le digo:- ¿Usted es Tato?, -Sí, me
contestó, ¿Y Usted quién es?, le dije mi nombre.
Me preguntó de donde era,
qué hacía en Buenos Aires. Le expliqué: vengo de un pueblito del interior,
chiquito; tan chiquito que cuando hacemos la fiesta del pueblo, armamos una
carpa y queda el pueblo en el medio. Tato sonrió y seguimos charlando otro
rato....En ese momento sentimos un ruido afuera. ¡Paff! ¡Dos autos que chocan
en la esquina. Miramos los dos por una ventana y observamos que se bajaron los
conductores y comenzaron a discutir. Uno de ellos pasó el semáforo en rojo, pero
igual discutía.
Tato dijo: - Mire, mire lo que pasa por andar apurados. ¡Y ahora seguro
que ninguno de los dos tiene la culpa!
En ese momento se acomodó los lentes con el típico gesto de Tato; quedó
en silencio unos segundos y después comentó:
-Esto me recuerda a una reunión que tuve hace pocos días en la Casa de Gobierno a la que me
habían invitado.En esa reunión estaban todos: los Ministros y el Presidente; había
representantes de todos los sectores, para discutir sobre la crisis y como
salir de ella.
Llegué justo –continuó Tato - cuando uno de los presentes se levantó
gritando enojado: -Lo que pasa es que la
culpa de todo acá, la tiene el Ministro de Economía. ¡Para qué! El Ministro de
Economía se levantó como si le hubieran arrimado una brasa en el cutis y dijo: -¡Falso!, la culpa la tienen los evasores.
Alguno - sin especificar de qué sector provenía, para que no lo tilden de
evasor, seguramente - dijo que la culpa de los problemas del País la tenían los
corruptos...Así se pasaban la pelota uno con otro.
De los corruptos, la culpa pasaba a los burócratas; de los burócratas a
los políticos; de los políticos a la policía de gatillo fácil. Estos a su vez
le pasaban la culpa a la justicia por liberar rápido a los delincuentes y los
Jueces culpaban a los militares por los golpes de Estado.
Los militares le tiraron la culpa a Isabelita y a Perón (volvieron al año´75)
y así sucesivamente, pasando por los
Medios y el Periodismo. Hasta que un mozo que pasaba sirviendo café, cansado y
enojado de tanta charla, dijo por lo bajo: -Acá la culpa la tiene Magoya . Alguien lo escuchó y dijo:-¡Eso!, ¡Eso!,- La
culpa la tiene Magoya.
Pero entre los sindicalistas presentes se levantó uno que se apellidaba
Magoya y dijo: -¡Yo no fuí!, acá la culpa la tiene Montoto...
Un señor bajito que pasaba
distraído comiendo un sándwich en un rincón se le ocurrió decir:- “Acá el único
culpable es el otro!
La mayoría lo escuchó. Hicieron silencio. De pronto las caras se les
iluminó a todos los presentes y dijeron en una sola voz.
-¡Eso!, ¡eso! Exclamaron todos a coro: -El señor tiene razón: ¡LA CULPA
DE TODO LA TIENE EL OTRO! Dicho lo cual, después de discutir un rato para
justificar el encuentro, se marcharon a sus casas. Total... el culpable de todo
había sido descubierto.
Tato me miró con su sonrisa mezcla de ironía y cierto candor y remató:
-Que flor de guacho resulto ser el otro ¿no?.
- Tato: - alargué yo -Tato, humildemente, No le parece que los porteños
son bastantes chantas, ¿No?
- Tienen que reconocer que en el
Interior del Pais no se quedan cortos
tampoco!!!, me dijo. Condescendiente, le
respondí:
- Reconozco; los del interior no somos mansos, pero somos
más conservadores, tenemos menos locura que aqui.
- "Lo que pasa - agregó Tato- es que los Argentinos por lo general
"Somos chantas, quejosos y encima le echamos siempre la culpa al otro."
Dicho lo cual, pagò su cuenta; saludo a todo el mundo y se fue del
local.
Quedé con un gran recuerdo de él y manifiesto mi admiración que le brindo
en este pequeño recuerdo a tantos años de su muerte (Tato Bores nació el 27 de abril de 1927 y
falleció el 11 de enero de 1996)
Narrativa sobre " LA CULPA LA TIENE EL OTRO"
Texto de Santiago Varela q
interpretaba TATO BORES
Gustavo Farroni (Clason, Pcia Sta Fe)
(Agosto 2002, reecho en abril del 2020)
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DEBE SER POR LA EDAD, QUE UNO SE PONE MELANCÒLICO Y SE AFERRA AL VIEJO IDIOMA ESPAÑOL. AHORA QUE PARECE VENCIDO POR LOS JEROGLÌFICOS DE LA TECNOLOGÌA: LAS SÌNTESIS BIZARRAS, LOS EMOJI, LOS GIF'S, LAS FOTOS.
PERO SIENTO QUE ES UN DEBER DE ADULTO MAYOR TRANSMITIR LO QUE FUERON - Y SON TODAVÌA- LA EMOTIVIDAD DE LAS PALABRAS...
A todos los enamorados de las palabras y del idioma español...
LAS PALABRAS
"…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras."
Pablo Neruda - Confieso que he vivido
“Para los niños todo es maravilloso: un huevo,
una lombriz, un caracol, el vuelo de las mariposas (…) cosas que los eruditos no ven”. Rubem Alves (Poeta y Filósofo, Brasil )
EL JARDINERO DEL POLONIO (Gefe)
En las vacaciones de enero de 2010 visité a un amigo uruguayo, Raúl,
que tiene una casita de descanso en Cabo Polonio, en un lugar
bellísimo cerca del faro.
Raúl tiene una hija pequeña, Emilia, que tiene dos años de edad , a la cual
yo no veía desde más de un año atrás.
Cuando llegué, la
chiquita estaba durmiendo una
siesta. Se despertó y todos nos
fuimos acomodando lentamente a su
despabilar para visitar después las playas del Cabo.
Los más grandes tomamos varios juguetes para
que Emilia se distraiga en la playa. Y en mis manos, casi sin darme
cuenta, quedó una regadera de plástico.
La idea era entretener a Emilia, así que cada uno de nosotros empezó a a jugar un rato con ella. Tomé la regadera y
mientras nos dirigíamos a la playa, comencé a simular
que regábamos alguna flor silvestre que crecía por allí, las malezas, y hasta
alguna roca de las que abundan por el lugar.
Como Emilia se puso muy contenta, decidí continuar el juego. Al mismo tiempo nuestras familias conversaban animadamente, mientras caminábamos
por los senderos del Polonio disfrutando el día pleno de sol.
En ese caminar lento yo seguía con la regadera en mi mano y con Emilia a mi lado, porque la notaba cada vez más entusiasmada con este juego
que habíamos iniciado.
El recipiente no tenia agua, pero
Emilia regaba con el brillo de su mirada y con su sonrisa de niña feliz. Y yo también me empecé a convencer que de la roseta del recipiente se vertía un
líquido mágico que haría crecer a las plantas…
Cada vez que apoyaba el pico de la regadera sobre
algo, ella ensayaba un nuevo
gesto de alegría. Emilia brincaba feliz y yo sentía dentro algo especial que me convertía de a poco en un niño
como ella.
Anduve
por el Polonio caminando por un
par de horas, con Emilia cerca, en mi
papel de jardinero imaginario.
Fui copiando de ella el raro arte de sus gestos : brincos, manitos alzadas, manos al pecho o en
la cabeza; manos al aire cuando
explotaba de felicidad. Sus ojos se
pusieron radiantes y agrandados con el
juego , y su cara de payasito feliz se mostraba a un público unipersonal, yo, que
trataba de imitarla en sus movimientos …
En todas sus
sonrisas, el sol del Polonio
entraba en mi cuerpo junto con
la alegría de jugar
como un chico otra vez… como aquella vez en
Armaçao… Y una pregunta insistente venía a mi mente una y
otra vez: ¿ Por qué perdemos esa
capacidad de juego cuando somos adultos?.
Nos despedimos al atardecer para tomar uno de los últimos camiones
areneros que salen del Polonio hacia la ruta.
Quise saludar a Emilia restregando mi cabeza sobre
el hombro de ella, que berrinchaba en brazos de su madre, tal vez por el cansancio. Ya saben…. Esos
enojos de chicos… Cuando se distendió un
poco de su mixtura de enojo y cansancio,
le di un beso en la frente y
partió hacia su casa.
En ese preciso instante comprendí que un adulto puede volver a nacer y
comportarse como un chico si un niño te ayuda a hacerlo.
Ahora siento dentro que tengo que volver al Polonio… Sé que Emilia me va a
esperar, porque aún quedan plantas,
piedras, malezas y flores silvestres sin regar….
Gustavo Farroni
En Uruguay , a fines de enero de 2010
“... DOS VECES CON LA MISMA PIEDRA
..."
Me encontraba en la pileta de natación disfrutando del
solaz veraniego en esa tarde de calor, cuando observè a una abeja que se
ahogaba inmersa en el líquido con las patas hacia arriba.
Seguro que se cayó allí al tratar
de beber, sedienta, en este único lugar con agua en muchos metros a
la redonda.
Es una tarde extremadamente calurosa, en medio de
una temporada de sequía que se presenta como una de las más impactantes
en los últimos cuarenta años.
Pensé de golpe en la miel que dejaría de
producir; en las flores o plantas que no polinizaría si moría
y decidí salvarla. La extraje del agua débil, moribunda.
La saqué de la pileta con la palma de mi mano y la dejé
recostada en el borde, a unos cuarenta o cincuenta
centímetros del agua.
Quedó allí estática por un buen rato. Luego se paró sobre
sus patas con evidente esfuerzo e intentó caminar. Pero se movía
lentamente. Se veía abatida. Sus alas parecían temblar, como
si quisiera volar, pero carecían de fuerza.
Se cayó de costado dos o tres veces y se volvió a
levantar otras tantas. Esquivó algunas hormigas que la cercaban,
observando a una posible presa.
Una avispa pequeña de vivaces colores negro y
amarillo, estuvo sobrevolando encima de la abeja; seguro que acechando u
observando por un breve momento, quizás unos nueve o diez segundos,
hasta que de repente se alejó.
La abeja siguió caminando, trémula. Me parece que
sorbió un poquito de agua de la que había en el piso, y después
continuó en dirección a la pileta y se cayó nuevamente en ella.
Algo me distrajo en ese momento...Eran dos
perros que se peleaban entre gruñidos y ladridos. Al principio,
entretenido como estaba, no les presté atención. Pero luego terminé mirando
a los dos porque la lucha iba en aumento.
En realidad discutían por la posesión de una de mis
sandalias. Jugando, tironeaban con los dientes uno de cada extremo, para ver
quién se quedaba con ella .
Salí del agua, los calmé primero y luego los
separé... Salvé al calzado de una rotura segura.
Cuando ingresé nuevamente al agua, busqué al
bichito volador que insistió con entrar en la pileta…Allea Jacta est.
Ahora no se mueve más: acaba de morir ahogada…
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. . .
. . . EL LAGO DE LOS TRES SOLES
- Los viste antes?" me preguntaron.
- No! Jamàs! ¡Ahora. A mis sesenta años!" contestè.
Siempre fui a ese lugar. En parte para buscar el verde
desenfrenado - aunque escaso- que tienen los eucaliptus en esta època, ademàs del color de las flores de los
paraìsos que estàn en la periferia del Lago y tambièn para disfrutar de las aves que sobrevuelan en èl.
Voy cuando me acosan los fantasmas del invierno, devenidos
en duendes orondos en los dìas cortos, oscuros. Para caminar alrededor de èl y
aprovechar la luz refulgente del mediodìa, en los caminos que circundan al
espejo de agua....O en otoño, para aventar recuerdos y lejanìas, mientras me
arrullan y acarician los trinos de los pàjaros y el verde tiernito y aguachento
del mes de abril. Caminar en sus orillas despeja hechizos y conjuros. Aleja fantasmas. Ahuyento dolores. Construyo alegrìas.
Ese Lago, en horas de
profundo desconcierto me ayudò a sonreir; a equilibrarme lentamente. Me
instalaba allì con una hija pequeña, una carpa, un fuego. Fuì con una ilusiòn resquebrajada que se amalgamò y se curò con el tiempo y con la mirada profunda, transparente, sin
ambages, de la niñez que jugaba en sus orillas (tu niñez
hija; y la mìa, perdida y recuperada allì con vos).
Ese Lago conociò todos los Estados de mi mente; todos los estados de mi alma. Y siempre ofreciò un oìdo a mis pensamientos; un pañuelo
extendido para conjugar una làgrima en èl y un abrazo marròn para aquietar la angustia. Fue
generoso siempre.
Tambièn le contè al Lago de mis momentos felices, cuando paseaba
con Ella a mi lado en su camino como sìntesis màgica de la felicidad. El puso como escenografìa el acorde
sedado de sus voces con una fiesta de colores mezclados para ambientar el marco de la armonìa.
Muchas veces fuì al Lago cansado, solamente a dormitar. Para alcanzar una
siesta mirando las aguas oscuras. Me
dormìa relajado contando los saltos de los peces que asomaban por la superficie
oscurecida del agua.
El Lago descubriò todas mis cuestiones a lo largo y a
lo ancho de mi vida. Asì que -promediando los sesenta- no tengo muchas màs cosas que contarle. Pensè entonces
que Èl tambièn me habìa mostrado todo. Iluso de mì...
La Naturaleza siempre
tiene una sorpresa màs que brindarnos; una caricia nueva... Nos confirma siempre que ella es, en sì misma, un hàlito de vida que constantemente nos empalaga, nos
enamora. Una estrategia y un don para hacernos
sentir nuevamente brillantes, vivos...Para que volvamos a creer en
nuestros sueños.
La Biologia tiene como
mision especial -en todo el
Planeta- ponernos en paz en esta breve
instancia de desconcierto que es nuestro paso por la Tierra. Debemos respetar las decisiones del Medio Ambiente, aunque
es inevitable que el Ser Humano no influya en èl con su acciònar diario.
..."No tengo idea de Quien o Què es Dios...Creo en un
poder espiritual mayor. Lo siento cuando estoy en la Naturaleza...Es algo màs grande y màs fuerte que
yo, o cualquiera ...Y no necesito màs" ...Decìa
Jane Goodal, Antropòloga Inglesa, Mensajera de Paz de Naciones Unidas. (Jane viviò
varios años en la Selva estudiando la
vida de algunos primates).
A mì me sucede exactamente lo mismo que a Goodal.
Acaso el Lago decidiò compensarme un dìa que mi corazòn y mi mente estaban agobiados por el peso de las circunstancias .Tal vez quiso mandarme
el mensaje salvador de la Naturaleza: esperanza, fuerza interior. Con ese mensaje,
mandè mi angustia al fondo indescifrable
del agua marròn y tambièn al carajo. Ese
dìa -de un clima excelente- le pedì al Dios Sol que me ilumine. Al verde le
solicitè calidez.
Y allì los vì por primera vez en mi vida. En el lago titilaban las primeras sombras del atardecer; cuando entre
los àrboles apareciò su brillo desmedido cabalgando prìstino sobre el espejo de
agua. En ese meandro de su margen, en
ese rincòn de plantas bajas, apartè el verde de las hojas que se mecìan lentas
con un viento suave...Y los vì!
Al principio fue un brillo fugaz que provocò mi curiosidad, luego me acerquè..Y me asombraron!... Los Tres Soles
estaban allì, agazapados, patinando sobre las aguas. Radiantes, desnudos,
mostràndosè para mì en todo su esplendor. Contagiando la sencillez de su
belleza, derrochando energìa , los tres soles rebotaban al unìsono
sobre el agua, miràndome.
Desde entonces soy mucho màs creyente del poder de
lo natural sobre los humanos y de còmo el Medio Ambiente nos modifica la vida a
su antojo, en cuerpo y alma. Al ver los
Tres Soles sentì de manera indeclinable que habìa ganado la batalla contra el desànimo de ese dìa y de los
dìas venideros.
- Los vistes?...Me preguntaron de nuevo.
- Sì, ahora los vì! -
contestè- ¡Y vos tambièn los podès ver!
. Buscàlos. Detenè la marcha diaria. Bajà un cambio. Contemplà la naturaleza. Buscà
lento. Respetà. Husmeà despacio y no usès la tecnologìa, usà
tus sentidos.
Escuchà mi sugerencia, por favor. Te aseguro que me lo vas a
agradecer.
En Clason (Santa Fe) 02/octubre de 2017
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ESCONDIDO ENTRE LAS NUBES
- Sabès lo que es estar escondido en las nubes? -Sì. Me sucede a
menudo cuando no puedo
responder a las preguntas que me hacen en el cielo. -Y viajàs seguido al
cielo?
- Sòlo cuando tengo pasajes por òmnibus, porque es màs
barato. Tambièn cuando sueño despierto y escapo de mis
problemas. - Tenès muchos
problemas?. -Bastantes; sobre
todo cuando no consigo pasajes hacia arriba. Mi rostro se pone tenso y mi mente
no puede ahuyentarlos a veces, entonces camino...Èse es el punto en el que ni siquiera tengo el dinero-fuerza
para ir hacia el cielo. Tambièn me voy hacia lo terreno, entonces escribo. Es una
terapia para mì; como que hablo
conmigo..Es bueno porque no discuto mucho; como
un diàlogo apacible donde siempre termino ganando.
Ni siquiera me queda un perro en los ùltimos tiempos de
tanto que ando. Pero supongo que lo voy a encontrar de nuevo.
Yo,
Gefe . (Hace màs de veinte añós)
“ANTOLOGÍA DE UN AMOR
CONSECUENTE”
Tal
cual está el mundo hoy, parece que los hombres estuvieran destinados a amar
fugazmente: casi con la velocidad del eco, de un sonido. O como una estampa de
luz.
En esos amores apresurados se consume con desesperación el tiempo
destinado a gozar el perfume, el color,
las caricias del o de la otra persona. Parecen un cuento de ficción entre
galaxias. Todo veloz, todo rápido. ¡Es ahora!!... ¡Ya pasó!!!
Para
contraponer calma a ese torbellino de cosas estoy analizando en paz este
sentimiento real. Estoy saboreando todos los espacios que ocupa en mi corazón. Considero que no puede - ni
debe- existir una estimación, ni un cálculo de días,
o cualquier mensura de cuanto sentimos entre los dos, porque lo que nos sucede
no se sitúa en una época determinada...
No
podemos decir: -“Esto fue lo que pasó
entre nosotros”.-
No
podemos decir solamente: -“Esto está pasando entre nosotros”.-
Ni
tampoco quiero pensar o escuchar: - “¿Será así esto entre nosotros mañana?”
Creo
que la arqueología de nuestros sentidos estaba estructurada para volcarse en
esta fusión ordenada de un montón de
momentos lindos y dulces. Se me ocurre que por eso podemos escribir algo así
como un himno... Un himno a la infinitud, con unas palabras sencillas que
puedan resaltar lo eterno de este amor.
Hubo
una tormenta saludable; una impresión del espíritu que nacía en el centro de la Tierra; pasó por nosotros y
se disparó al espacio. A ese universo
donde viajan, al fin y al cabo, tantas cosas materiales y de las otras: las
palabras de los poetas, los sueños, las
ilusiones y el ocaso imperdible e inalterado de dos cuerpos que hacen el amor.
Y el alba de dos almas unidas más allá de la substancia.
Si nos
empeñamos en dividir la vida en etapas, como el hombre lo hace mitológicamente,
ahora queda decir:
- En el pasado no me olvidé nunca de recordar tu mirada, tu sonido, ni el roce suave de una inesperada
caricia de algún juego infantil. (Para mí, un manojo de actos carnales que
llevé clavado con civilización por muchos años).
- “ No
me olvidé ni cuando me fui lejos, (Me
soñaba llegar, como llegan los sueños, acaso volando en alguna estrella con mis duendes infantiles.) Ni cuando volví
después acompañado; y eras vos quien no estaba.”-
Cuanto
tiempo pasó? ¡Cuántos dolores y partidas…! Porque también hubo presencias
nuevas, fugaces.
E infalibles buenos momentos y angustiadas
ausencias. Pero todo ello hablaba de los peldaños que conllevan a la - ¿Inconquistable?- y comprensiva madurez emocional.
Por
suerte, estoy forjado de utopías tesoneras que no me abandonan ni en la locura
o en la felicidad. Ni en la pobreza, ni en el bienestar.
Aquellas
utopías lograron que mirara mi objetivo
estéril sin cesar...
Esa paloma frágil que suele ser el corazón
voló para intentar ser real, despertándose y porfiando cada primavera y cada
otoño que tu calidez estaba cerca. (Jóvenes:
creed en los sueños. No existe un mundo útil sin utopías).
Desde
que tengo uso de razón comencé a viajar a tu encuentro. Y aquí estamos.
... Ya
es presente: ¿Cuánto tiempo dije? Más de veinte años, casi treinta tal vez.
Pero aquí estoy...
Sigo gozando pronuncio cada letra que forma tu nombre y cuando las
repito con cada llamado, o en cada
conversación contigo.
Después
de muchos derrumbes y reconstrucciones, pude tender al fin el puente que transite mi
semilla hacia tus campos: allí donde
siembras la ternura que inyecta y equilibra mis emociones en este presente,
mientras afuera el caos aprieta fuerte.
Y
vendrá el futuro. (Y es que la humanidad aún se empeña en dividir la historia
en tres tiempos)...Algunos dicen que el futuro no existe. Que es un
desprendimiento del presente para ir desaforadamente a contemplar la existencia
desde otro ángulo: para observar otro punto de vista y otra realidad que nos
aleje de la pesadumbre. También cuenten que es un invento de adivinos o
tarotistas para engañar a incautos desanimados. Pero, ¿Qué importancia tiene?
Es
seguro que el hombre, como la flor, como la hierba,o la carne, el tallo,o los ojos, y las abejas, se mueren alguna vez . Se apagan y se desecan.
Pero,
¿Es posible que una simple y dulce historia de amor de ficción profunda pueda
morir con el tiempo? (A pesar que es una historia de dos que se quieren,
chiquita así.)
Un
pasar azaroso por la vida no puede ir a parar a un bolso con olvidos. Me niego,
resisto con el cuerpo y la mente a abaratar algo tan grandioso como el
romanticismo furibundo que nos envuelve serena y maduramente casi como si fuese
una obra de arte. Y las obras de arte no pueden morir.
Niego
terminante que encasillen esto que vivimos en una definición abyecta y única.
Por eso a partir de este instante, fundo,
constituyo y ordeno un nuevo verbo. Atrapo otro estilo que enlace el pasado, el
presente y el futuro en un solo acto y que lo eleve a la eternidad en un único
volúmen.
Voy a arrojar con fuerza el mejor momento de
pasión entre los dos; y también el de mayor ternura, para reconstruirlos como
una bella película allá arriba, “eternimillonésimainfinitésimamente” de veces.
Para que la humanidad rescate esa imagen cada
vez que quiera. Y la vuelvan a inventar más hombres y otros seres de todos los
mundos,porque el amor tiene que vencer siempre a la violencia. (tanto vale un
acto o una palabra de amor.)
Creo
que lo que vivimos es una obra superlativa: mezclamos dos espíritus en una
trama rígida que sostiene a nuestra raza. Por un lado, la enorme serenidad de
tu mirada; por otro lado, mi locura y mi cansancio joven que se zambullen en
ella para aquietarse como una mariposa se repara del viento.
Como
dije: esto no tiene final. No tiene una medida de años u horas como hace el
común de la gente, porque esta relación ya no está en el planeta.
Ahora viaja flotando más allá de los dos,
dirigida a un pañol de astros, está en alguna estrella fulgurante.
A ellos
los perfumaremos con nuestro envío de maletas cargadas de miel y jazmines, como
a todos los que sigan en este camino.
EN LAS GRUTAS, CON LOS SENTIDOS LIBERADOS.(BIOLOGIA
EN EL SUR)
Gustavo Farroni (Clason, Sta.Fe)(escrito
en 1995,corregido en 2016)
El hombre preparó la ropa
para correr por la playa en esa
mañana de febrero, y no pudo evitar
recordar el contraste de situaciones
vividas en los últimos días...
Desde el paso raudo por la ciudad
de Bariloche para caminar unos momentos
en el centro. Después, una recorrida en
el auto por lo base del Cerro Catedral para ver la magnitud del fuego que había quemado la
ladera. Allí, el costado del pavimento
que lleva a la punta de la montaña parecía una larga cinta negra de luto. Las
llamas habían borrado el pasto seco. Los pinos; los cipreses caídos, con las extremidades
dobladas mirando hacia abajo, parecían estar
rogando, arrodillados, el rescate de las llamas que habían pasado.
Y todos esos campos pelados y
oscuros en derredor de la ciudad...¿Cuánto costaría recuperar esa vegetación,
los árboles y el pasto; los animales que danzaban entre ellos?...
Hay que aprovechar bien el verano. Hacer todo lo que no se puede hacer
en un año de trabajo, de rigidez, de horarios a
cumplir... Sin más trámites, comienza a preparar sus pies al ritmo de su ánimo
agitado.
Se acomoda las extremidades para
usarlas en sus vacaciones y arrumbarlas después cuando regrese al su trabajo.
Se pone unas medias gruesas, que luego enfunda en unas zapatillas pesadas,
enormes. El espesor de la suela le proporcionará comodidad a sus movimientos articulares. Para subir, para pisar, para saltar, hacer
palanca;para empujar, bajar. Para soportar sus quejidos de gosnes, de
bisagras sin lubricar... de coyunturas poco sensibles al ejercicio a las que el
hombre sedentario las va a someter.
Ya está corriendo suavemente. Siente
rodar la arena bajo su planta y cómo se
mueven y desplazan las piedras a su paso. El sol de casi las diez de la mañana es intenso.
Golpea rayo por rayo. Haz por haz de luz. Todas las células están expuestas;
los melanocitos se movilizan por el calor y la radiación, tratando de
desplazarse hacia todos los centímetros de la epidermis para cubrirla; como un
toldo ajado o un techo inconcluso.
El aire está tibio en esa hora.
Es agradable estar corriendo. La piel, los huesos, los músculos y los hectolitros de sangre que circulan
rápido por ellos, convierten ese exceso
de energía en trabajo...
El calor se hace sentir a esa
hora, pero el viento suave que viene del mar ayuda a refrigerar el cuerpo. ...Sólo molesta un poco esa transpiración que cae en los ojos y justo
con el sol de frente!!. Esa humedad cargada de salitre desciende por las
cejas y por los párpados y luego, lento,
sumisa, baja a las pestañas; desde allí, en un salto suave y sutil, se dispersa
y se acomoda en los ojos, en la lisura y en la delicadeza de la córnea. De esta manera provoca
un ardor leve en la vista por la sal
marina que trae el viento y la transpiración con sus desechos...
Pero no importa. La alegría, la
paz, las ganas de sentir a pleno la arena, las piedras, el entorno; el agua de
mar con sus ruidos... Es una explosión de energía en la carne y en los
sentidos..
Al compás de sus piernas, el
hombre comenzó a apreciar y sentir las emociones que aparecían
a cada segundo a la orilla del mar.
Y con las emociones, algunos recuerdos
llegan a oleadas...Como aquella conversación mantenida con el maestro
aquel que llevó en el auto desde el
pueblo de Centenario, cuando se dirigía desde Neuquén hasta El Bolsón. Cuando
el docente subió al auto, una corriente de simpatía inmediata se estableció
entre los dos. Comentó que trabajaba con su esposa y colega, en un
pueblito de la cordillera de los Andes, al norte de la provincia de Neuquén. Lenta, espontáneamente ...Con trazos
descriptivos y certeros habló sobre la educación; la pobreza en la región (la
eterna y cosmopolita pobreza); las dificultades para dar clases a chicos que
viven en lugares muy distantes; la soledad, el invierno y las largas caminatas
de los niños para llegar a la escuela a través de la montaña y la nieve. Mas de
una vez lo hacìan con calzados viejos y roídos, sin medias en otras, yt
directamente en algún caso extremo,hasta descalzos...
-“ El nativo de la zona o
Mapuche,( es justamente "gente de la tierra " por Mapu-tierra- y Che –gente-) vive disperso en toda esa aridez, combinando alguna
modernidad con prácticas ancestrales que unos pocos intentan continuar hoy”,
comentaba el docente en el viaje...
"Tienen un idioma particular
que lentamente se va perdiendo en sus modismos, vocablos y frases" porque,
como el maestro comentara: “Parece que
les da vergüenza hablarlo”.
Conservan vestigios de su pasado como la "Machi
" o bruja. Que es la " doctora ", con " poderes
para curar ".
Contóluego sobre El Ngillatún o
Rogativa, baile nativo que hoy se realiza en muy pocos lugares...Tienen su
primer jefe o "Lonco "o cabeza, que es elegido por votación. " Todo ese regionalismo -explicaba el
maestro- se va perdiendo "..." Cada vez quedan menos de ellos
perdidos en el espacio amplio del Sur "... Desperdigados... ¿ De qué viven
? ¿ Cómo viven ?.. ¿ Cómo subsisten en el invierno con varios grados bajo cero
y con nieve casi permanente ?. Sólo la rusticidad, la adaptación al medio lo
explica. Y una selección temporal de los más aptos, que les asegura la
sobrevida y la llegada a una vejez plagada de huellas...en su cara y el cuerpo.
- ¡Qué lejos está la " Economía de Supervivencia " de ellos, de la
realidad de nuestra sociedad de consumo!… Como ésta… De trotar aquí en ropa de turista; pose de
turista y actitud de maratonista-turista en vacaciones.
Algunos, pocos, pueden gozar de la " Tenencia Precaria " de sus Tierras, algo que antes no
poseían...
Algunos sobrevivirán como peones
rurales en las estancias de la zona. Otros harán su modo de vida de la
Recolección de los frutos de la naturaleza. Irán a los pequeños ríos, donde fonderán sus cañas
de pescar para extraer el frugal " Salmón de Agua Dulce ", la Trucha
amada del sur. El pescado más delicioso y uno de los más difíciles de conseguir de la Patagonia..
También irán a cazar
maras, zorros y gatos de la estepa. Buscándolos y apresándolos a través
de los miles y miles de arbustos espinosos en que se esconden... En esas tierras pobres, de vegetación xerófila
y exuberante.
En otros tiempos, ellos mismos fueron arrinconados,
encerrados y descuartizados como los animales que pretenden cazar...
El oído se deleita con el romper
de las olas sobre la playa y contra las rocas. Y hace dejar aquellos pensamientos de lado.
Todos los sentidos perciben ahora con
mayor atención lo que sucede aquí y ahora. La vista aprecia en plenitud el reflejo - de a ratos dorado- del sol en
ellas; con colores verde musgo por el
reflejo de la luz en los líquenes y las algas
pegadas a las piedras, que se desnudan con la bajamar. .. Las rocas parecen, entonces, como levantándose del
mar. A pesar del ardor en los ojos, que
dificulta un poco la mirada, son grados
de colores nuevos y diferentes. Que se
presentan nuevos y diferentes con cada parpadeo salino sobre los ojos...
Ni qué decir de las sensaciones
del olfato. Aquel olor a oxígeno saturando
al aire del mar, le infla los pulmones que parecen que estuvieran soportando que un globo se expanda
dentro del pecho.
Y el oxìgenohace que la mente
trabaje con rapidez. Llena su espacio de memoria con acontecimientos vividos días atrás cuando llegó a la pequeña ciudad de
" El Maitén ", en la provincia de Chubut, después de atravesar con el
auto unos treinta kilómetros de ripio en
la montaña.Un camino sinuoso con algunos precipicios suaves, ceñidos en la
altura por inmensos y abundantes bosques de pinos.
En El Maitén, en medio del
desierto patagónico, tiene su terminal el tren de trocha angosta más pequeño
del mundo: con apenas setenta y cinco
centímetros de vía a vía, resultó ser el
más simpático de los trenes de este continente.. Como si fuera un fósil
legendario, muchos vienen de tierras lejanas a verlo. Sin embargo, para el
habitante de este suelo es un hecho común. Por eso es que muchas personas no llegan a apreciar la magnitud de esta reliquia-.
Viajar desde El Maitén a Leleque,
( dos pueblos cercanos), y luego volver
en ese simpático ferrocarril fue extraño. Recorrer ese camino árido del
Chubut, semidesértico, rispido, y
exótico, fue algo asi " como estar
sentado en un tren de los que se ven en las viejas películas del oeste
norteamericano ".
El placer de ese viaje fue
mayùsculo.. .Porque compartíò con su hija de doce años el primer viaje en tren
juntos, en este país sin trenes…En ese tren único en el mundo, cargado de
historia y también de música tocada por
un parroquiano que animaba a los
viajeros...
Unos minutos después bajó de El Maitén.
Enfiló el auto por la ruta a Esquel, hasta que vio el
cartel que señalaba la población de Cholila en el camino.
Cholila. ¡ Qué extraño y musical
nombre!. A principios de siglo, en el
año 1903, por allí recaló con un nombre
falso, el conocido bandido
norteamericano "Butch Cassidi '' con su mujer y un tercer forajido. Los tres llegaron huyendo de la justicia de Estados
Unidos. Previamente, habían recibido del
gobierno del Chubut la concesión de unas
6000 hectáreas de tierra, con la finalidad de colonizar y explotar esos
parajes.
Como en una película, siguió más tarde recorriendo la ruta que va desde
Esquel hasta Rawson, atravesando la misma provincia de oeste a este. Bajó desde la precordillera hasta el mar.
La ruta allí está extendida a la
par- casi como en un coloquio permanente- del
río Chubut. El río corre serpenteando sobre el costado izquierdode
la ruta , formando un llamativo valle que pone un marco envidiable al noviazgo
entre la ruta y el rio. En la margen derecha del camino, aparecen de
repente rocas espectrales, de grandes alturas, con tornasoles rojos de
ladrillos fulgurantes.
Del lado izquierdo de la cinta
asfáltica, contrastan el agua transparente y un poco 'amorronada' con los verdes álamos y sauces que hay en la orilla del río. Ovejas y cabras
acompasan el paisaje y la marcha. El viajero hasta se detuvo en algún tramo del camino para no atropellar a algun animal alejado del
grupo.
El honbre està corriendo,
mientras el acantilado al costado de la playa lo mira pasar impávido. Y le devuelve como en
un reflejo de bruñido espejo, su andar; el jadeo, la vibración desacompasada de
la piel y la carne bronceada y con
sudor de mar en cantidades.
De pronto vuelve a esta realidad:
està corriendo en la playa desde Las Grutas hacia el Norte.
Con la bajante que continúa, los
riscos descienden hasta dejar de ser acantilados. Se convierten en un camino
blanco,casi una alfombra de arcilla,
sílex y arena. Argamasa de minerales tapizados con sal, para entrar como una
lengua petrosa en las templadas aguas del golfo... En ese lugar, el hombre comienza
a sentir algún cansancio...del físico, pero no del espíritu. ...Ya no corre con las piernas, sino con la emoción
y el reflejo de las olas en la sangre, que da alimento y sustancia a la carne. Tiene la
misma emoción de la mañana en que llegó a Punta Tombo con su hija, a conocer la
reserva de pingüinos de la provincia de Chubut.
En aquella lengüeta de tierra de
tres kilómetros que entra en el mar, le mostró una de las bellezas más
atractivas y más tiernas en esas latitudes:fué cuando observó a Los Pingüinos
de Magallanes, con riguroso Jaqué
gris. Esta especie
de patos torpes por su andar
en tierra , que los chicos
grafican con un: nson re-pavos para caminar ".
Los pingüinos más grandes, patos
delicados que tienen tres, cuatro o cinco kilos de peso y simpatía, son vistos
en La Reserva desde los meses de septiembre u octubre hasta marzo y abril.
Se acercan allí porque ése es su
lugar protegido con permiso para el amor..Allí desarrollan las actividades de cortejo e incubación de sus
crías. Mandato ancestral de todos los tiempos. Allí van a
noviar, formar una familia, tener hijos. Cada año por lo general vuelven
y eligen la misma cueva o nido que la vez anterior.
¿Acaso hay algo mejor que hacer
el amor en tierra firme, en una cueva especial para dos, aún a pesar de algún
esporádico y consabido amor acuático, expeditivo?.
Allí le
mostraron al turista -que ahora jadeaba en la playa semi desnudo por motivos
diferentes a los pingüinos. (¿Cómo, por qué, y cuándo es más agradable jadear?)…
En ese lugar los machos y las hembras se declaran su amor desplumándose;
arrancándose las barbillas, los penachos, los plumones; desflecándose en
parejas y expulsando a los terceros con picotazos..
Ese amor expresado en gritos
ansiosos y arrumacos de pico a pico, termina varios dias después, cuando sus
dos crías salen de la cueva… Se dirigen al mar para aprender a nadar en innumerables zambullidas, acompañadas por los padres.
Observar como nadan los padres junto a las crías en Punta Tombo, es el resultado feraz y visible de tanto
"peladero ", de
tanto desplume hormonal.
Después se irán todos en pleno
otoño al mar con las crias adultas, hasta las cálidas playas de Brasil durante
el invierno. Vuelven nuevamente a la Patagonia en.la primaera
siguiente a repetir el rito añejo de continuar la especie.
"Aunque
no todos deben llegar "-pensó. Algunos van a morir al mar atrapadas por
redes de pescadores o bajo la sutil, negra, infecta muerte gelatinosa
provocada por el encharcamiento ocasional
en petróleo de muchos; lo que no los dejará respirar ni nadar...
Esta último pensamiento lo shockeó. Frenó los recuerdos; Abrió los ojos muy grandes:¡La
muerte desapareció!! Estaba...en este lugar...( Uf!!)…. Unos cuatro o cinco
kilómetros al norte de Las Grutas.
Siguió corriendo, rabioso, para
aventar el pensamiento funesto de los pingüinos..
Ahora, el trote, el ardor del sol
en la epidermis y la adrenalina, lo cansó. Se dedica a
caminar unos metros para recuperar la respiración; en la vista le tañían
algunas campanadas de sal...
Miró hacia el mar donde una
bandada de gaviotas, cormoranes, gaviotines, de algunos patos grandes, y muchos flamencos,
contrastaban con las golondrinas. Todas estas aves, aún las más pequeñas, se desafiaban entre sí,
y. reñían por el mejor lugar en la playa.
El corredor está detenido. Examina. Prefigura cosas. En
ese rincón del Golfo Azul, hay otro pequeño golfo dentro del anterior, donde se
descubre un piso multiforme, una plataforma de color claro - amarillento. Tiene
infinidad de canalículos de pocos centímetros de profundidad en la roca, pero
de muchos metros de largo...
...Quién sabe qué mano de artista
con cincel maleable, estético, los cavó en esa plataforma rocosa, que desde el
borde superior de la playa, bajan suave hacia el centro del mar...
Son riachuelos en el piso; miles
de ellos; centenares de ellos. Con infinidad de vueltas y terceduras para aquí
y para allá. De este lado, por allí.
En el cauce de los canalitos, cientos y miles de moluscos se apilan
desafiando en conjunto con sus pequeñas resistencias la fuerza del agua que los empuja hacia el
mar. Se sostienen contra las pequeñas rispideces. Se adhieren unos a otros. Se
alinean como soldados disciplinados, en cuña contra la corriente.
Las algas multifocales,
policolores, se tienden y extienden entre ellos y a la par de ellos. Los abrazan. Los atrapan y sujetan.
Los moluscos que se mueran, con el tiempo y con el mar a oleadas; con el sol,
su energìa y las sales minerales que se depositen en ellos , se transformarán muy, muy lentamente, en Coralillos del Golfo.
Quizás, éstos no sean de los más buscados para confeccionar
rutilantes alhajas; no van a ser los más
solicitados en el mundo por su valor. Pero están allí con su rara belleza.
El color pardo rojizo de los
coralillos - los observaba exhausto y extasiado- trae otro recuerdo
enhiesto en sus neuronas: es en la Provincia de la Pampa, días
atrás. En un paraje del desierto, entre
la ciudad de General Acha y Colonia
Veinticinco de Mayo, enrojecido de arena, sol y falta de humedad.
En una laguna casi sin agua, a orillas
del camino, vio a un grupo de espectaculares
Flamencos Rosados, alejados unos cuantos
metros de la ruta. Miró hacia ellos con sus binoculares, luego de acomodar
lentamente con el zoom de la lente.
Miró y tocó a través de la lente las plumas; las patas
largas y fuertes; sus cabezas, envueltas en los plumones rosados, magnifiscentes.
Estaban arremolinados unos a los otros. Grandes y chicos. Padres y madres y
parientes con sus crías; casi iridiscentes, mágicos , dueños de una belleza
exótica y erotizante.
Miraban ellos también hacia el
lado del ser humano que, azorado, murmuraba delicias encantadas por la apreciación
visual.
Dio un respingo a su cuerpo que
estaba caminando, semi-descansado, para empujarlo a seguir con el training...E inmediatamente hilvanó otro episodio, cuando en medio de esa
Patagonia tan hermosamente árida, y en el mismo desierto, sintió el rigor del
sol al mediodía, rodeado de jarillas,
entre alpatacos...
El viajero estaba con el
autoestacionado a la sombra de un Caldén,
para relajarse un poco después
de tantas horas de conducir.. Oyó
entonces en la radio a una emisora del lugar.
Transmitían mensajes de solidaridad a los habitantes de esos parajes...
"Se comunica al Sr...del cañadón...que hoy viaja su señora. Que la espere
a las diecisiete horas en el lugar convenido. Firma: Tal..." o "
se comunica a la Sra...quien vive en el camino a Limay Mahuida, que su hija Ana
ya se encuentra en perfecto estado de salud en su casa y que... Firma:...".
Oía todo eso mientras orinaba
sobre el polvo apretado de la tierra que mostraba unas
pequeñas flores,casi secas por la
falta de agua. Parecían unas margaritas compungidas y arrobadas en su crecimiento. Al lado, una enorme hormiga pasó desafiante. Tenía más de dos centímetros de largo, negra,
con alas Marrones.
Supuso que si viviera en África - según se cuenta, allí las
comen- haría un suculento banquete con varias de ellas . Imaginó una
proporción considerable de proteínas y vitaminas en el plato. Apreciaba entonces que vaya donde vaya, hay semillas de
vida que se presentan de una u otra
manera: en el océano, en el caldén del Desierto Pampeano; en los espartillos y entre los yuyos achaparrados, espinosos y curtidos.
Es el mundo de los insectos, pequeños y
también gigantes.
Luego siguió corriendo y soñando. Así comenzó a evocar el atardecer más largo que haya apreciado en su vida. Fue el crepúsculo más intenso. En una ladera del Alto Valle, en el norte de la provincia
de Rio Negro, al caer la tarde. El sol bajaba lentamente mientras jugaba con la montaña y los cerros. A diferencia de lo que se aprecia en
el llano, donde el astro se esconde de a poco sobre la recta del horizonte,
aquí se esconde limpiamente detràs de las montañas, en pocos segundos. El fenómeno va creando primero un tono dorado; después
un ocre que alarga las sombras de los seres vivos y los cerros. El dorado se
apaga suave; va morando apaciblemente las laderas con todas sus pertenencias,
como son los escasos àrboles, las
piedras o las ovejas que pastan en ella.
Al mismo tiempo en el cielo, las
nubes, como en un intento último de atrapar la luz, se pintaron de violeta,
azul y de grises que preceden a la oscuridad de la
noche...
El hombre sigue sobre la arena, jadeando asombrado. Quiere
retomar la planicie de piedras que languidece hacia el mar. Después, de nuevo
en la arena correrá más allá unos cuantos metros...Su corazón late, comprime
sangre apresuradamente hacia las extremidades, por la exigencia de la carrera.
Apoya los pies en la plataforma. Los
musgos verdosos, desparramados, con mucina y gelatina en sus miles de brazos
filamentosos que pavimentan la pista, lo hacen patinar, trastabillar, casi
hasta caer.
La goma de la suela, no hace
suficiente calce en la enorme alfombra verde- oscura... Pero aún así camina sobre ella; se acerca cada vez
más a los riachuelitos con las valvas, con pedazos de toscas y los minerales milenarios. Existen minúsculas plantas entre aquellos: son líquenes, que sostienen entre sí y para sí a infinidad de minúsculos bichitos, insectos y
pescaditos opacos, que lo miran pasar.
Vida entre la vida. Seres
pequeñísimos, pluricelulares, visibles, pero impresionantemente chicos...-“ ¿Es el Krill?... ¿Esto es?...
¿Ese alimento?... Es vida!!! Debe ser
eso!!! "- Se dijo el hombrecito.
Se detuvo. Se agachó despacio.
Levantó con los dedos índice y el pulgar
una piedra amarilla pequeña, en el centro del arroyito de su fantasía... ¿Qué
hace allí esa piedra ?...piedra sobre piedra... ¡Rápido!, ¡Rápido!..., ¡Rápido!... Varíos cangrejos minúsculos, casi amarillos, casi
transparentes, salen corriendo de allí abajo
con todo, sorprendidos. Angustiados y despavoridos,corren hacia otro refugio… ¿ Dónde hay otra roca ?...hay
que buscar otra protección urgente!... No pueden estar desnudos por ahí, porque
se quedarían bajo el objetivo de los certeros picotazos y las
garras de las aves que merodean buscando
su comida.
Los cangrejos han oído muchas veces de las crepitaciones de
los caparazones rotos de sus hermanos.
Crujen estrepitosamente al ser
golpeados por los picos...Sus vibraciones se transmiten, sonoras, desparramando
el miedo. Todos disparan de su lugar habitual. Muchas veces, huyen inclusive hacia la y
Unos metros más allá hay un
molusco abierto y un cangrejo desarticulado, seco y roto; está
casi partido en dos, conservado seco como una momia. Cerca revoloteaban los
pájaros...
De tanto en tanto, las aves dan
un grito, abren sus alas que se ahuecaban en contra del viento buscando impulso
hacia arriba. Planeaban un instante en el aire. Después replegan las plumas
y se lanzan en picada silenciosamente en su caída hasta el suelo. A
pocos metros de la arena de la playa, estiran las patas como amortigûando la
llegada y con picotazos potentes en los estrechos perfiles de los canalìculos
se hacen del alimento. No entendiò por què, pero su instinto le ordenò que no
tocara nada...
Allì se reacomodó haciendo pié entre
los musgos jugosos y enfiló hacia la
arena nuevamente. Tomó aire sobre la playa, y comenzó despacio a correr...
Ahora, los ojos...Comenzó a refregarlos lentamente con el
dorso de su mano transpirada, con más sal. Cerró los ojos con fuerza por el
ardor. Cuando comenzó a abrirlos de nuevo, borrosamente observó en claroscuros, el amarillo de las
arenas entrefinas de...de...¿ Qué lugar es éste ?... ¿ No estaba en la playa
?...¿ Estaba soñando ? La bruma lo situó en medio de la senda tortuosa del
cerro aquél... El cerro que lo hizo gozar y sufrir al mismo tiempo en unos mil
trescientos metros de brusco ascenso; mientras aspiraba el polvo fino de color
oro que molían a talco los caminantes que lo subían diariamente. Y estaban las Lengas, aquellas Lengas que se erguían
por metros y metros a la orilla del sendero y de las que se sostenía para no
caer o retroceder en cada paso que daba hacia arriba en elestrecho camino.
Las Lengas, las del Sur, las de El Bolsón; disfrutadas ecuménicamente
con la vista que se obtenía por el camino apretado del Cerro aquél..¿ Cómo era
su nombre?¿Por qué lo llaman de esa manera tan rara?...El Cerro...El Cerro...¡
El Cerro Piltriquitrón!/ Asi es!!. Duro, sinuoso, polvoriento,
escarpado. Bastante difícil para el caminante sin entrenamiento. Casi vertical en algunas zonas, en las que el montañista novato se sofocaba. Y
todas esas plantas, hasta la cima, espectrales, " tan grandes, se mueven
por el viento de la altura; parecen venirse encima de uno y aplastarte "...
Por momentos el cansancio
cardíaco de la vertiginosa subida, lo hace dudar: ¿ Volver o seguir?. Se acordó de todas las
ramas, órdenes, género, familia y especie de insultos estériles. Evocó a las madres de todas las lengas y todos los cerros
de la Región… y la " mierda, por qué subir?” y ¿ Por qué carajo
no se quedó a probar las frutas finas en El Bolsón?. Comer cerezas, frambuesas,
moras y glosellas que se consiguen tan
baratas en las chacras”. O bien "
estar en las aguas del Rio Azul, mirándolas "o" en Las Plácidas
corrientes del Lago Puelo.. .y desde
allí oler la mansedumbre del Desierto o mirar la llanura hacia la distancia.
Hasta donde, como dice una canción: "El
llano se estira hasta tocar el
Cielo”
En su desvarío, ahogado,casi sin oxigeno, imagina cosas. Ve pasar imágenes...En un recodo del Río Negro, casi
ocultos,hay una colonia de Cisnes de Cuello Negro... Están conviviendo con
patos de cuerpos de Color Gris, cuellos negros y con picos amarillos. ¿ Por qué
ve todo esto en la fatiga de subir; en
la locura del cansancio ? ¡Descansen,
patos y cisnes, aprovechen esos sauces del remanso, que con sus ramas
profundamente verdes en vertientes, les dan sombra fresca !. ¿Por qué no
hacemos nosotros lo mismo?... ¡Pero… ya
está allí! ¡ Llegó a la cumbre, donde
está el refugio de antigua y salvaje madera. En la cumbre mira hacia atrás,
hacia el vacio, hacia abajo donde está lo profundo del valle. Hay un
hilo de agua gris que sigzaguea distraído en la distancia. Los álamos verdes, en fila,
dibujan miles de contornos enmarcando la
densidad de los sembrados que se divisan desde el Piltriquitrón. Todo eso,
delimitado por la majestuosidad de la Precordillera de Los Andes, que muestra en los picos allá lejos, la foto austera y rígida de la nieve.
En la cima toma aire. Descansa, No sólo su físico se recupera sino también su
espíritu, que se aquieta.
... Y entonces los insultos del
ascenso al Piltriquitrón, los casi desmayos por la falta de aire y fuerzas. La
fatiga de la carne y los glóbulos, quedan olvidados ante la majestuosidad
del paisaje, de la creación..." Ah,
si!!!. Y aquella bronca y enojos del cansancio en el Cerro,ahora es: “¡ Qué bueno haber llegado hasta aquí!
.Gracias por tu belleza, Piltri".
En ese momento de éxtasis, contempló el valle en silencio por un momento prolongado. En ese instante
tuvo una momentánea visión del tiempo transcurrido ese año en su empresa: un
año muy duro; de pocas ventas, sin créditos. Hubo que correr permanentemente. Tomar decisiones duras. Se disminuyeron los costos
rápidamente.." Tuvimos que
aggiornarnos a las cuestiones económicas día por día, esperar condiciones
propicias, tomar actitudes nuevas. Endurecer posiciones en el terreno interno y
ante la competencia ...Tratar de recuperar instrumentos de inversión; créditos;
bajas de los stocks". "Reponer;
amortizar; discutir; exigir... " pero...
¿Qué importa todo eso allí arriba,
conectado con el cielo, con el aire y, más que nada, conectado con el interior...Como ahora en la playa. Que ya
está acá y sigue otro trecho….
Más adelante, se encuentra con un
lobo marino destripado en la ribera. Llegó hasta aquí traído por la corriente y
la fuerza de las aguas; o tal vez él
mismo llevó los últimos tramos de su vida hasta allí. No tenía mucho deterioro aún. Estirado en la arena con
el salitre que lo recubría como un tul níveo, se mantuvo casi sin putrefacción.
Lo poseyó una extraña sensación. Mezcla de lástima, asco por
el cuadro que presenciaba y decepción
por aquella muerte. Seguramente alguna pelea fiera y brava lo deshizo por el
vientre. Tal vez las toninas y las orcas, que se hacían ver cerca de la costa de tanto en tanto, completaron el hecho. O ellas
mismas, por jugar, o por sobrevivir, causaron aquella muerte que ahora estaba
allí, visible a los ojos del visitante: el lobo marino con la panza
abierta a la espera de los comensales que se ocuparán de hacer
desaparecer el cuerpo bocado tras bocado...
¡Qué plenitud y
extensión la del Sur, la del Mar de La Patagonia; que quién sabe dónde; en qué
latitud, y a qué profundidad, dejaba ocultos y sin castigo a sus asesinos...!
Pero asì es la naturaleza que brinda estas pequeñas historias. En
realidad, sólo se entremezclan en una cadena de vida, unos la dan y otros la
toman, como en una batalla en el Circo Romano.
Una nube tapó el sol en ese momento, y opacó
la visión del animal que yacía en la arena. Luego la nube descubrió el sol
nuevamente al irse empujada por el viento. El hombre sintió el calor otra
vez de improviso; lo golpeaba y le comprimía en los hombros. El fuego en la espalda obligó a retomar la carrera hacia la ciudad.
Estaba demasiado cansado y decidió
regresar; yendo y viniendo habría recorrido unos seis o siete kilómetros por la
orilla del mar,màs de la mitad trotando y el resto a paso rápido...
Mientras volvía satisfecho, comenzó a preparar mentalmente lo
que sería su próximo ejercicio en la
mañana siguiente por la playa. Esta vez correría del otro lado de la ciudad de Las
Grutas, hacia el extremo sur del Golfo de San Matías.
..." Pasarè a la mañana
temprano, cuando el sol estè débil todavìa, de un extremo al otro de la ciudad, debajo de
los balcones acantilados, donde el turismo
aquieta sus aflicciones mundanas".
"Irè hacia el subyugante granizo rojo de
más de cuarenta mil años- Las Piedras Coloradas - donde se enseñorearon dinosaurios fulgurantes. Donde
la roca colorada en forma de península
se adentra en el mar. Marcharé con
soltura de gólgota encima de la arena blanda, fina y ruidosa cuando el viento la levanta y la arroja sobre
las piedras,como marcando el ritmo de una canción milenaria...”
Sí recorría esos cuatro
kilómetros que existen desde la ciudad hasta las Piedras Coloradas con lentitud
y soltura, eliminaría toda la energía negativa que le quedara como resto de sus
últimos días de vacaciones.
Llegará
más tarde, al Subsuelo aquél... El Subsuelo; o el
"Sótano" como le llaman los
lugareños: una zona baja de piedras, riscos y algunas matas de pastos ásperos al tacto, de verde tachado, que haría
palidecer a aquellos que descreen de ver crecer hierbas en el salitre. Todo esto aparece cuando la bajante se produce, mostrando la
razón del nombre de ese extraño lugar: todo
está encuadrado por un zócalo pétreo de
aproximadamente cuarenta centímetros alrededor, de manera que hay que descender por
debajo del nivel normal de la playa.
En el sótano encontraría a los rústicos paisanos descendientes por
generaciones de los primitivos Mapuches o Araucanos de la zona, habituados a vivir
del mar: los "Pulperos ". Oscuros, de piel dura, ennegrecidos por los
soles a pleno de muchas Jornadas. Con la piel escarchada, con
sus emolientes naturales, es siempre impactante verlos hacer su obra.
Los Pulperos están casi siempre
en El Sótano esperando la bajamar.Con
agudos ganchos de hierro de punta afilada en sus manos. Por momentos se los ve
en una actitud de espera, en calma, en equilibrio sobre el pisopedregos ,
descalzos, prendidos como babosas por sus extremidades mugrosas y con
cascarrias. Después corren, saltan de
piedra en piedra, de a ratos se acuclillan sobre ellas. Van levantando algunas
piedras con rapidez; desnudan el hueco que las contiene y con un golpe certero ,
prenden en la punta afilada del
hierro a algún pulpo, o dos o tres a la
vez. Los bichos marinos son sorprendidos agazapados, confiados en el refugio natural de las rocas. Semidormidos por
la falta de luz, reaccionan un segundo después
que el acero les penetra en el
cuerpo. Las extremidades se mueven con estertores eléctricos.
El dolor busca desprenderse del
armade caza tan mortal… La púa les desgarra las carnes y luego los eleva
raudamente a una lata o un balde donde
serán sacrificados . Tal vez alguno
llegue semivivo a la ciudad,
donde los llevarán para mostrar la
frescura de los frutos del mar a los ocasionales compradores…
Ahora el Viajero está llegando a la ciudad de regreso de su raid, cansado.Pero sigue calculando la posibilidad de superarse más todavía en el
próximo día..
." Entonces, si llegaba hasta El Sótano y le quedaban fuerzas para seguir corriendo, o al menos caminando, llegaría después al Cañadón de Las Ostras. Podía acceder al Cañadón por la playa, a pie desde El Sótano.
También podía llegar por un camino de ripio, por
arriba de los acantilados, pero en auto,
atravesando los médanos verdes plagados
de una vegetación rústica: chañares,
piquillines y otros arbustos xerófilos
que tenían hasta dos o tres metros de altura. Entremedio de ellos,
ocasionalmente se podían ver a las maras patagónicas,
los ñandúes, los guanacos, y los pumas y
zorros que al menor ruido se perdían
entre los espinares.
Si llegaba al " Sótano”con el auto, después caminaría o
correría hacia el sur para hacer sus ejercicios matinales. A dos kilómetros de
El Sótano, luego de un recodo abrupto de la barranca, el Yacimiento de Ostras
quedaría a la vista...
En la roca de esos acantilados se depositaron durante centenares de años,
una enorme cantidad de Moluscos. Hoy sobresalen por sus formas características
y variados tamaños. Recibieron durante ese tiempo sales calcáreas, que les fue adosando espesor, volumen y
rugosidades. De allí el nombre de “Cañadón de las Ostras". Transparentes
en parte, cristalizados, los moluscos estuvieron depositados en este enorme
yacimiento durante cientos de años. Hasta que llegó el ser humano…Éste, lentamente las recoge como recuerdo de su paso por el lugar, dejando
sobre la roca el espacio hueco impreso de la concha.Un vacioque es una señal
inequívoca del robo efectuado a la naturaleza.
Mientras calculaba lo que sería
el próximo día de ejercicio, su cuerpo al borde del agotamiento, llegó a la ciudad. Subió, con esfuerzo , las escaleras que van desde la playa a la vereda costanera elevada,
perimetrada con un cordón de cemento blanco
y ondulado. Por hoy ya es suficiente...
En la altura, desde los últimos
peldaños del ascenso miró hacia atrás. Contempló cautivado, la inmensidad del Mar Azul del
Golfo: tan manso, tan ancho.Como la enorme extensión de la playa que
muestra la bajamar.
...Y él, apenas un punto mínimo
de la geografía; absorto, pálido, mustio… tan pequeño.
ESTA
MAÑANA TE AMÈ DE NUEVO
Fue de
manera inexplicablemente silenciosa, acuciado por tu cansancio extremo producto
del trabajo del dìa anterior.
Recorrì
tus contornos, placenteramente fràgiles a esa hora e inconfundiblemente
vivos y fuertes en otros momentos.
Esta
mañana te amè de nuevo mientras vos estabas comprensiblemente dormida.
Mis
manos, casi siempre arteramente groseras, eran plumas de colibrì aleteando como
en descanso sobre tus rebordes òseos, sobre tus contornos musculares, sobre tu
piel tibia.
Recorrì
con caricias la voluptuosidad de tu desnudez y las marcas de tus lunares, en
los que depositaba besos con la punta de mis dedos como si fueran gotas ìnfimas
de una llovizna suave y persistente.
Observè
tu cara plàcida y sonriente en el momento que precede al despertar y volvì
a acariciarte mil veces, en medio de mi algarabìa sentimental.
Mi
corazòn estaba encendido, màs que mi piel. Recordè entonces
innumerables imàgenes de otros momentos de felicidad . Conjuguè con ella los
dolores pasados, las viejas angustias, los infaltables momentos de
desencuentros, borrados de golpe por este retoño nuevo de felicidad.
Ahora
atrapo las horas y los momentos màs plàcidos, los deposito en vos a
travès de mis arrumacos, mi mirada inagotable que recorre tu rostro y mi
aliento en tu cara, hoy generoso de pasiòn calma.
La
felicidad es escurridiza, pero acabo de atraparla en la breve distancia que
existe entre los arabescos que despliegan mis dedos y la visiòn pictòrica que
vislumbran mis ojos. La felicidad esta allì; enfrente mìo; al lado mìo, en
mì. Tiene forma de mujer dormida... La felicidad es mi mujer.
Esa mañana
te amè. Sòlamente con las manos y con la mirada. Respetè tu
cansancio. Despuès me levantè lentamente, sin ruido y como muestra de mi
amor, sencilla y humildemente preparè un desayuno.
Te recibì
màs tarde con el cafè, vos estabas caminando semidespierta pero con
estrellas en los ojos. Despleguè otra caricia suave por tu rostro y
luego murmurè un "buen dia" y un "te amo"...
GUSTAVO FERNANDO FARRONI
17 de Mayo de 2015
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ELLA NUNCA CONFIÒ EN ÈL... ( CRÒNICA SIMPLE
DE UNA RELACIÒN COMPLEJA)
No hubo manera. Todo el tiempo que permaneciò a su lado en esta nueva etapa de pareja, Ella desconfiò de Èl. Siempre.
Habìan tenido otra oportunidad fallida en el pasado en la que Él la abandonò. Pero ahora la respetaba. Nunca intimò con otra mujer mientras
estuvieron juntos en ese año que durò la relaciòn. Èl
confiaba plenamente en Ella, pero
Ella no confiaba en Èl. Hacìa nada màs y
nada menos que cuatro dècadas que se conocìan, porque eran amigos desde la
adolescencia.
Ella comenzò la relaciòn preguntando cosas de su pasado a los pocos dìas del reencuentro. Siguiò revisando la agenda de Èl de punta a punta, con permiso al principio. Preguntaba por
cada nùmero de telèfono con nombre de mujer; o que se pareciese a un nombre, a un perfume,
a un aroma o a un sonido de mujer. Al principio parecìa un juego - un
juego que Èl dejò hacer porque parecìa divertido-
pero Ella no dejò ni un sòlo nùmero
de telèfono de fèmina sin inquirir quièn era o què sentido tenìa en sus
registros.
Despuès continuò revisando los
celulares desde el principio
hasta el final; borrando cuanto nùmero
de telèfono de mujer haya tenido
una mìnima relaciòn con la vida de Èl en el pasado... Que eran de su
pasado ademàs . Tuvo que cuidar con celo
que no borrara algunos contactos de
trabajo.
En ese tiempo inicial
Ella se encargò de recordar con ènfasis (casi a diario ) que no se refiera
a..., ni se relacione màs con cuestiones de... -
entiendasè mujeres - a no ser por
estrictas razones laborales.
Muchas veces Ella pedìa autorizaciòn para actuar... Pero tambièn
aprovechaba los momentos de descanso y se
levantaba sigilosa en la noche y hurgaba la agenda, los
telèfonos, los papeles. Despuès continuò con la
computadora portàtil de Èl... Y marcaba errores, al principio con dulzura, pero con firmeza. Con el paso de las semanas
la dulzura fue quedando atràs; ganò la
firmeza. Ahora, con enojo, con enjundia, decidìa
lo que Èl tenìa que escribir o decir para no herir su sensibilidad de mujer. Una
vez (una sola!) Èl puso un " Què lindas piernas" en
Twitter y el mundo estallò a su alrededor . Y por varios dias...
Los saludos naturales
de Èl al mundo de las fèminas en la Red,
cuando estaba sin pareja, eran: "Hola, gracias, besos" . O: "Cariños". Pero esos saludos se terminaron cuando ambos estaban de novios porque esas frases molestaban sobremanera a Ella. Entonces comenzò
a
escribir de manera màs formal y solemne
y a saludar con un " Hola. Gracias,
suerte". O : " Èxitos!" . Aquellas palabras cariñosas "la
humillaba" decìa.
Continuò mas adelante
requisando todas las pertenencias:
el guardarropa, la casa, su
ropero, los libros, las sàbanas, las
toallas, el neceser , las intimidades... Deseaba investigar todo;
conocer a fondo su vida. Daba vueltas y
vueltas en bùsqueda de algùn indicio probatorio de deslealtad o de
infidelidad, o de falta de
compromiso con la pareja.
Èl se dijo a sì mismo
y le dijo en alguno de esos dìas:-
" No se puede construir nada importante con tanta desconfianza ". Fue
en esos dìas tambièn, que dijo que " Asì, los amores estàn condenados a fracasar. Son
amores a plazo fijo."
Èl le presentò todas las personas posibles de su entorno,
para limar su desconfianza. - "Mi
mujer, mi pareja, mi compañera" les
decìa. Pero Ella seguìa sin
confiar. Porque era eso: desconfianza
confesada por Ella misma; desconfianza e inseguridad declamada. No eran celos.
Hasta ese momento no existìa
ningùn hecho real que demostrara que Èl se relacionaba con otra
mujer...Pero igual Ella lo atosigaba con
preguntas inquisidoras; con directivas
sobre còmo actuar en la vida de relaciòn con las mujeres; o què decir con ellas...Y
continuò revisando su agenda , su celular...Violando permanentemente la
intimidad de Èl. Lentamente, el caràcter del hombre comenzò a modificarse.
Ella era un "Taladro verbal continuo" que mencionò
- como reproche- unas treinta veces
contadas y registradas a la mujer por la
cual Èl la abandonò en el pasado
...Cuando tambièn Ella - que estaba en
pareja- habìa decidido no separarse. Tambièn nombrò a modo de reconvenciòn por unas veinte veces contadas a la pareja anterior
de Èl , sin ningùn motivo especial. Sòlo para recordar que no se debìa acercar
a ninguna de las dos por ningùn motivo. Ademàs mencionò a otras ex-novias, que no venìan en caso...Estaba inserto en Ella molestar una
y otra vez. Regañar para advertir y alertar, evitar la proximidad de alguna mujer.
Un dìa Èl advirtiò amorosamente - Por escrito y verbalmente-
que tanta inquisiciòn y tanta reprimenda
como si fuera un chico lo estaba
saturando, cansando...angustiando...Usò esas palabras delicadas...Aunque pensò
decirlo con otras palabras sumamente
groseras.
Ella observaba todas
las actitudes y generalmente anotaba los errores de Èl. Miraba atenta en
què se equivocaba y le nombraba
permanentemente los yerros ... Pocas veces mencionò las virtudes o
aquello que hacìa de bueno el Hombre por Ella. Y de ese accionar, el hombre la ponìa en el primer plano todo el
tiempo en todos los lugares ...Nombraba
el nombre de la mujer màs veces
que el propio nombre. Descuidò sus
deberes por darle màs tiempo a la relaciòn.
El amor habìa comenzado como en todas las parejas: los dos
sentìan que volvìan a la vida plena con el amor mutuo, profundo...Y vaya si lo
sentìan. Ambos perdìan la nociòn del
tiempo en cada encuentro, donde la ternura inicial desembocaba en momentos de intensa pasiòn. Y despuès, el sueño donde Ella en la plenitud de la noche o en la madrugada, atrapaba
con sus piernas enroscadas el torso del hombre ; o la cintura, o las piernas..Fuerte, muy fuerte!
Casi siempre lo apretaba
muy fuerte - dormida- como si quisiera
retenerlo; parecìa atarlo para que no escape...Algo que a Èl le llamò mucho la atenciòn... Parecìa un acto reflejo
que practicaba generalmente cuando estaba dormida . .. Resabios de alguna
pèrdida en el pasado quizàs?
Pero muchas veces el reto o el reproche exagerado hacia alguien causa un efecto contrario al que se busc a... Porque un dìa Ella encontrò (Era constante en revisar dìa por dìa ; hueco
por hueco; renglòn por renglòn) una nota, un correo electrònico. Era una carta de cariño a un amor pasado.... Sòlo era una nota de añoranza por el pasado con su mujer anterior, porque nunca la vìò en persona. Resultado acaso de tanto reproche y tantas advertencias,
volviò el recuerdo a notas amorosas
del pasado, allì donde su relaciòn
fue calma, amorosa, distinta... El
hecho concreto en sì mismo era ese: nunca pasò de ese correo.-"La
extrañè" dijo Èl. "Tanta
persecusiòn me hizo volver la mente y el corazòn atràs se justificò màs
tarde"...
Fue un error,
claro!... Èl no debiò hacerlo!
Eso no estuvo correcto! Y allì
el mundo volviò a estallar alrededor
suyo. Esta vez con màs estruendo y por màs dias! Entonces Ella redoblò los esfuerzos
persecutorios...Investigò màs. Buscò, preguntò; llamò a aquella mujer. Querìa saber què pasò entre los dos...Lo
siguiò sindescansar como un perro de caza huele y persigue a una presa. Usò toda la tecnologìa disponible. Lo perseguìa
y cuando le preguntaba donde estaba , Èl no podia errar ni un milimetro porque Ella seguìa su ruta a travès del celular
y de la computadora personal. (Bendita Tecnologia!!).
Intento cooptar su
vida. Quiso eliminar - y eliminò! - todas las fotos, los nùmeros de telèfonos,
los nombres de mujeres que estaban en el pasado. Controlò las cartas tradicionales y los correos
informàticos ; el celular, las agendas, las reuniones. Y no menciono las preguntas.... Preguntas repetidas hasta el cansancio y de varias
maneras. Cuando Ella se obsesionaba con alguien (mujer) cercana a Èl por
cualquier motivo, lo torturaba con preguntas sobre ella. Una y otra vez, una y
otra vez...
Ella se autodeclarò Obsesiva
e Insegura. Tras unas horas de placer,
de amor, de conducta amatoria perfecta, aparecìa su inseguridad manifiesta y detràs la inquisiciòn aguda de nuevo...Y la inquietud y malhumor de Èl que empezaba lentamente
a hacer efervescencia...
Èl volviò a advertir ( menos amorosamente ahora ) que
se estaba cansando. La cabeza por momentos parecìa explotarle . Una congestiòn cerebral por
exceso de preguntas y desconfianza le quitaba las energias positivas. Lo volvìa de mal humor, cansado, angustiado. Perdìa la capacidad de
concentraciòn. A medida que pasaban las semanas y los meses, se llenaba de energìas amargas; biliosas;
negras...
U n dìa Èl amagò con terminar la relaciòn...Fue cuando Ella le dijo por escrito , abiertamente,
que·"Luego de enterarme del correìto a tu ex en el mes de noviembre,
pensè: Te voy a hacer los dìas miserables ...Picàndotè el cerebro cada vez que
pueda..Lo logrè? Un `poquito no?..."
Y vaya si lo hizo!...Tambien por esos dìas la mujer maldijo reiteradas
veces el dìa en que lo conociò a Èl...
En realidad la obsesiòn y la inseguridad de Ella estaban trabajando-, taladrando el
cerebro de Èl desde mucho antes. ... Asì estallaban
las peleas, una y otra vez. Una y otra vez; una y otra vez.. Hasta que las
palabras amantìsimas del principio se
convirtieron lentamente en frases violentas. Cada vez màs duras.
Ella lo azuzò permanentemente con su desconfianza. Dijo de Èl los epìtetos màs terribles que nunca habìa
escuchado , porque emitìa juicios durìsimos todo el tiempo: "Egocèntrico, cìnico,
perverso, falto de empatia, demandante, agotador, mentiroso". Decìa que se sentìa humillada todo el tiempo.
Èl se convirtìò
en algo que nunca habìa pensado
ni sentido: un tipo vulgar, odioso. Aflorò lo peor de su personalidad: comenzò a
menospreciarla como respuesta a la persecusiòn y descerrajò algùn insulto hacia la mujer.
Por esos dìas Ella dijo que estaba en medio de una relaciòn
enfermiza que solo le trajo sufrimientos...Que Èl era tòxico. Que no
la valoraba. Pero... ¿Por què no rompìa la relaciòn si
estaba tan esclarecida? ¿Si estaba tan convencida que no podia seguir adelante, que
razòn enfermiza la obligaba a continuar
con Èl?. Pasaban los dìas y la angustia, la desazòn y
el malestar crecìa en ambos.
Cuando Ella se enojaba
perdia el control de las palabras. Reconociò varias veces
ser mala y vengativa. Y a habìa dicho ser muy insegura, lo que la volvia cansadora, pesada, obsesiva.
Perseguida por la fatalidad y los demonios,
se transformaba en perseguidora
hasta el hartazgo.
Cierto dìa se enojò con Èl porque habìa saludado a una mujer
"con cara de gato" le dijo. Era simplemente una mujer bonita ...Y la
esposa de un amigo. Pero a ese reproche
Ella lo introdujo en varias conversaciones...Y asì otros tantos reproches
parecidos, otras muchas peleas sin sentido.
Decìa que Èl no la
amaba "como Ella querìa"...En realidad tenìa ese ùnico modo de amar:
" Como querìa Ella". No le
importaba como concebìan o
entendìan el amor las otras personas.
Debìa ser a su manera: con el control de
la pareja y de los tiempos y espacios a
su voluntad. Ella no toleraba que Èl fuese independiente y se
mueva con libertad.
En ese momento Èl
descubriò que era conveniente marcharse de su lado. Pero sentìa algo en su interior que lo detenìa...Era
el amor todavìa?. No obstante un cierto
recelo interior lo conmovìa , lo desgastaba, lo llenaba de ansiedad y de angustia cada vez que discutìan.
Ella comenzò a decìr de Èl que no habìa cambiado. Que no habìa madurado con
respecto a la relaciòn que mantuvieron
en el pasado. Que era un mentecato de aquellos.
A medida que pasaban
los dìas Èl comenzò a fumar. A tomar un
poco màs de alcohol cada vez, a comer en demasìa. Algunas noches necesitaba algùn sedante para
dormir, o unos tragos de alcohol. Entonces Ella dijo en algùn momento: -
"si me querès, tenes que abandonar el alcohol, el cigarrillo, y por
supuesto todo contacto con mujeres de cualquier tipo", (que por esos dìas no
estaban ni siquiera en el imaginario
de Èl).
En honor a la verdad, el tiempo de estar juntos se habìa
agotado. Las peleas continuas agotaban
el tiempo de estar juntos y disfrutar. Lo
meritorio de ambos es que a pesar de las
peleas, seguìan en pareja tratando
de llevar la relaciòn a buen puerto a pesar de las continuas zozobras.
Pero un dìa Èl tomò la decision, con dolor. Primero hurgò mucho en el interior escudriñando sus sentimientos reales. Se preguntò:
"La amè, pero: ¿La amo todavìa ?"; O "
es una obsesiòn que se mantuvo en mì todos estos años?". Allì el hombre de tomò en cuenta que ya no lo
retenìa ningun àpice del intenso amor que tuvo por la mujer.
- " Muriò...Siento que muriò..No hay màs ...Matò mi amor
con tanta desconfianza, con tanta pelea"... Comprendiò ademàs por què no podia amarla como
Ella queria: Imponìa demasiadas
condiciones que no cumplirìa, aùn querièndola exageradamente.
La mujer poseìa una
personalidad dominante, posesiva. Y al
hombre no le interesaba ser un
"dominado" o un esclavo.
La mujer nunca reconocìa sus propios errores. Y el hombre estaba cansado de reconocer los que Ella le
señalaba de continuo... No tenìa màs ganas de ponerle ganas a estar juntos.
Las continuas requisas e inquisiciones que violaban su
intimidad lo cansaron sobremanera. A la
vez no se explicaba como Ella tenìa la
autoestima tan baja para humillarse a sì misma con tanta persecuciòn... Si hasta llamò a otras mujeres para preguntar
e investigar que relaciòn tenìan con Èl...
Un dìa su paciencia
llegò al punto exacto en que la razòn comprendiò que no podia retroceder. Las peleas eran cada vez màs frecuentes y violentas desde lo verbal, una relaciòn enfermiza para ambos que no se interrumpìa...Y ya estaba màs que claro que con desconfianza no se puede construir una relaciòn
duradera. Ese dìa
la sinrazòn mato a los sentimientos, ahogò
la pasiòn, el deseo por los encuentros.
En realidad el hombre tuvo
que emborracharse un poco para juntar coraje y pelear - de muy mala manera - con Ella. Entonces Èl se
fuè; àspero. Insultando,
agrediendo mal, tirando vasos, golpeando puertas, maltratando ...Pero sobreactuò
el final... Porque ya no querìa darse - ni darle- lugar al arrepentimiento o al llamado para el
regreso y a volver a empezar como
hicieron tantas veces.
Cuando Èl conto la separaciòn a sus amigos y amigas, todos preguntaban: - "Como aguantaste tanto
tiempo?... Contestò: - "Porque la amaba mucho.. Pensè que
todo iba a pasar...Hasta que sus reproches continuos mataron mi amor de tantos
años...Por algo suceden los hechos,
por algùn motivo ..." y
finalizò dicièndoles: "Al principio
me hacìa perder la nociòn del tiempo. Despuès descubrì que sòlo perdìa el
tiempo" .
Dìas despuès de la separaciòn Ella le volviò a decir en un mensaje que Èl era una persona tòxica. Que
ahora estaba en paz y liberada. Le daba
las gracias por el abandono...Nunca habìa querido ser victimaria de la
pareja... Ahora era la vìctima... ¿ Feliz y liberada...?
Èl mientras tanto, comenzò a descansar mejor; dejò el cigarrillo de repente. Tambien se sintiò en paz.
Y sin ningùn esfuerzo abandonò el alcohol por completo... Sintiò paz
interior y razonò que no tenìa que gastar vida ni esfuerzo con quien no lo merece..
Ella no confiò nunca en Èl, desde el principio de la relaciòn.... Y
El aprendiò con el avance de los dìas, de las semanas y
de los meses, que tampoco se puede confiar
en una persona insegura como Ella.
De esta manera sencilla y absurda, terminaron cuatro dècadas
de encantamiento mutuo.
MARZO 2016
“FELIZ
CUMPLE”
-Cuando
vi al hombre parado de repente frente a mi, bastante grandote,
tan
enorme que parecía un oso, me sobresalté.
Yo estaba
ojeando un apunte de la librería, al lado de la puerta de salida. Sentía el
ruido del viento sobre los fresnos de la vereda cruzando las ramas y sus hojas,
que llegaba a mi como una onda placentera, mezcla de frescura y
erudición.
Levanté
la vista en el momento justo en que tomaba un libro de García Márquez en sus
manos. Lo miró entre reflexivo y alegre. Luego, lo sostuvo con la mano
izquierda como al cáliz y a la copa en la plegaria de la Iglesia. Con la
mano derecha hizo algo así como agarrar con la punta de los dedos un beso de
sus propios labios; luego lo depositó en su mejilla izquierda primero y luego
otro en la mejilla derecha. Y un beso más en la frente, de manera tal que
aquello parecía una auto- bendición sacerdotal urgente y cómoda.
Con
alborozo (lo vi primero en sus ojos, luego en sus movimientos y por último en
sus palabras) dijo:
-Me
amo, me quiero mucho. Hace treinta y nueve años hoy que me quiero con
locura. Por lo tanto me regalo este libro. Para que afecte con deleite a
mi espíritu en los treinta y nueve años que acompaña a mi cuerpo; para
que festejen toda la edad que se amontona hoy en mí.
Al rato,
no lo vi más.
FARRONI
GUSTAVO (CLASON/ STA, FE)
. . . . . . . .
. . . .
“
MARÍA ELENA WALSH, NATI y YO”
Tiempo atrás me invitaron a dar una
pequeña semblanza sobre María Elena Walsh, en una Biblioteca Popular de la ciudad de Las Rosas (Provincia de Santa
Fe) . La charla era en el marco de una jornada literaria, donde varios escritores
exponían trabajos propios y algunos músicos locales intercalaban su producción.
Comencé, como es de rigor al trazar una pequeña biografía, comentando las fechas de nacimiento y muerte de la
poetisa:
“Nació en Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires
, el 1º de febrero de 1930. Murió hace poco tiempo, el 16 de enero del 2011 a los 80 años de edad. Era hija de madre argentina y padre
irlandes. Su papá tocaba muy bien
el piano, de allí que recibió una
influencia musical importante desde muy pequeña”.
En síntesis, dije después que “ M. Elena Walsh
fue la mujer más importante de todos los tiempos en su género: escritora, poeta, compositora, cantante, música, dramaturga. Su poesía y su música
estaban indisolublemente ligadas a la
niñez. Puede decirte con justeza, que
fue un ícono; un blasón de las infancias como se la reconoce
aquí y en muchos países.
Se dice
de ella que era una chiquilla tímida, pero rebelde. A los 15 años apareció
su primer poema en una revista, y comenzó a
escribir en el diario La Nación.
A los 17 años publicó su primer
libro: “Otoño imperdonable” que
obtuvo el segundo premio en un concurso Municipal.
Creo
que la mayoría de nosotros hemos
conocido sus canciones . Sobre todo las que escribió a los chicos: “
Manuelita” , “El Brujito de Gulubú” , ”
El reino del revés” , el
“Twist del Mono Liso” (Saben…Saben lo
que hizo?), entre muchas otras.
Además compuso canciones para adultos plenas de contenido. Pueden
citarse: “Como la cigarra” ; ” El valle y el volcán”;“Serenata para la tierra
de uno”; “ Canción de caminantes” ; “Oración a la Justicia”. Su discografía
reúne más de veinte discos en total.
Por el lado de la escritura, publicó más de
cincuenta libros, entre ellos ” Dailan
KIfki” y
“El reino del revés”.
Integró un dúo folklórico con Leda Valladares
( a la sazón, su pareja en la vida ).
Ambas recorrieron un gran número de
países, llevando como estandarte a
nuestra música popular.
Cantantes muy importantes interpretaron sus
letras: Mercedes Sosa, Jairo, el Cuarteto Zupay, Luis Aguilé, Rosa León, Juan Manuel Serrat, entre otros.
A pedido del Presidente Argentino Raúl Alfonsín integró el “Consejo de Consolidación de la
Democracia” ( desde 1985 a 1989) junto a
otras personalidades. La finalidad de esta comisión era defender y consolidar
la incipiente democracia , que había recomenzado en 1983 y que estaba siendo
jaqueada tempranamente por sectores golpistas”.
Hecha esta corta biografía de la insigne María
Elena Walsh, conté después qué es lo que representaba ella y sus
canciones para mí…
Yo me divorcié joven, a los 30 años, cuando tenía una hija – Natalia - de cuatro
años de edad. Ella se fue a vivir con su
madre a la ciudad de Rosario, a casi 100 km de distancia del pueblo donde vivíamos
entonces. Yo la visité siempre. Inclusive la buscaba permanente para traerla
conmigo fin de semana por medio.
En el
trance de aquellas vicisitudes, un día de
esa época compré un” casette” (música grabada
en una cinta, para los más jóvenes) con canciones de María Elena Walsh. Sus letras y la música de aquellas letras, nos acompañó a los dos en muchas noches de
tristeza – disimulada - por la familia perdida…
Cuando
cantábamos juntos – María Elena Walsh,
Nati y yo - teníamos fortaleza para alejar el dolor y reírnos mucho. (Saben…Saben lo que hizo el famoso Mono Liso?… Nos trajo paz y sosiego en la medida que escuchábamos sus
canciones una y otra vez; una y otra vez;
una y otra…)
De a poco se fue originando una especie de “rito” entre Nati y yo. Esos “ritos” culturales o mojones que son
necesarios para marcar principios y finales insoslayables en nuestras vidas. Yo comencé a vivir de nuevo. A alejar
el desamor…A medida que mejoraba, podía
estar más comunicado con mi hija,
y amarla más.
Hoy, un cuarto de siglo después, - Natalia
es adulta y yo soy un hombre maduro - le conté lo sucedido a Nati
, puesto que no estuvo presente esa noche
en la Biblioteca. Sonrió al
escuchar. Le brillaron los ojos y me
dijo que “Hoy sigue oyendo, como lo hacíamos en el pasado, las canciones de
María Elena Walsh ”. Por supuesto que nos abrazamos y lloramos los dos.
Amo a María
Elena Walsh. Le agradezco profundamente por regalarnos un poco de felicidad en un momento
tan especial de nuestras vidas.
Gustavo
F. Farroni . En Clason (Provincia de
Santa Fe) en Julio de 2012
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“LAS VACACIONES QUE TE DA LA
VIDA”
En
realidad yo creía que no me iba a morir nunca. Por eso cuando llegó
mi turno, unos segundos previos a la muerte sentí un poco de temor. Sufrí un
ahogo pasajero y sentí mucho frío… Pero fue un miedo sereno, si es
que se pueden clasificar los miedos en esos instantes.
Ahora
estoy así, (descansando) en algún lugar, sin darme cuenta en donde
estoy. No existen sombras y no tengo necesidad alguna,
porque no veo mi cuerpo .
Creo
estar flotando en algún lugar, sin gravedad. ¿Es la luz o la no
luz? ¡ No lo sé!. Pero estoy calmo y sereno todo el
tiempo. Las urgencias y los pesares, por suerte
no vinieron hasta este lugar.
GUSTAVO F. FARRONI / Clason (Sta Fe) Noviembre de 2001
.
. . . . . . . . .
. .
LOS AMORES DEL
SUPREMO
- No, Pancho.! Quiero que sigas en la
senda que te has empeñado en construir. Nada ni nadie debe detenerte. Menos
ahora que te nacieron alas nuevas... Quiero que sigas tu marcha hasta que
construyas el país que pensaste muchas veces. El amor no se puede mendigar... Y
yo siento que el tuyo hacia mí terminó hace tiempo. El día exacto en que esa
mujer apareció en nuestras vidas, y como una plaga en el jardín, comenzó a
marchitar lentamente el rosal que cultivamos.
- Norberta!...
- Shh!! No digas nada Pancho, es mejor
así... Andáte de acá y no vuelvas porque no quiero verte
nunca más. Y no es odio lo que siento, sino amor. Un profundo amor que luchó
por vos, pero ahora siente que debe dejarte volar... Te amaré siempre y rezaré
para que todo salga tal cual lo soñaste más de una vez conmigo... Ahora
andáte por favor; andáte!
Norberta miró por última vez a los ojos
de Francisco Ramírez, con la tristeza del amor roto en sus ojos, que se
transformaron en dos lágrimas enormes que bajaban por la cara. Eran
dos mazazos furibundos que pegaban en el espíritu del caudillo.
- Norberta, lo lamento, no puedo dominar
esto que siento, pero si fuera necesario...
- Shh... Basta Pancho!! Andáte de acá
por favor!
Después, Norberta dio media vuelta
y salió corriendo a su habitaciòn atravesando el enorme patio
rodeado de malvones, de rosas; con trenzas de laurel y enredaderas que se
trepaban en las rejas coloniales de las ventanas. Las cálidas galerías
son testigos del paso lloroso de Norberta sosteniendo con las manos el
vuelo de su enorme vestido claro.
El general quedó pasmado. Angustiado por
aquella situación. Se sostuvo con la mano derecha al aljibe que componía el
centro de la escena. Con la izquierda apretó con fuerza la empuñadura del sable
que colgaba por la cintura. Como si al apretarlo descargara la tensión
amontonada en los días anteriores... Hasta confesarle a Norberta la verdad.
Dio media vuelta compungido. En la
puerta, como una estatua de oscura madera estaba la negra Paula. La fiel
sirvienta de la casa y de Norberta miraba al general con sus
ojos oscuros... que ahora parecen
dos puñales enrojecidos pretendiendo clavarse en el pecho de la
persona que hacía sufrir a su niña.
Con un gesto seguro de la cabeza invitó
a salir al general. Cuando éste traspasó el umbral, la mujer dio un portazo
como si quisiese ahuyentar su odio y el dolor de Norberta. Y tal vez para
apagar el calor de aquel amor que quedaba flotando entre las paredes blancas de
la vieja casona en la ciudad del "Arroyo de la China", hoy Concepción del
Uruguay, en la Provincia de Entre Ríos.
A comienzos del Siglo XIX , los
pobladores de la enorme llanura: el gaucho del litoral, de la Pampa, de Santa Fe, de
Corrientes, de Entre Ríos, de la
Banda Oriental de entonces
( hoy Uruguay) y aún del sur de Brasil ( hoy Río Grande del Sur) conformaban
territorios bien definidos. Suelos agrios de disputas por múltiples
circunstancias.
Las primeras semillas de independencia
van naciendo lentamente y buscan la forma de germinar con lentitud para
hacer un país. Así van apareciendo localmente algunos hombres que surgen con
bravura, para corregir los arrebatamientos de campos y bienes que el habitante
de estos suelos padecía desde mucho tiempo atrás.
Son los "Caudillos":
héroes populares que sostienen con hidalguía las primeras banderas libertarias
en sus regiones o provincias y se convierten así en los reinvindicadores de las
disputas sociales de la época.
Hacia el año 1813 una Asamblea General
declara la libertad e igualdad para los indios y negros que vivían en el incipiente
país. Se promulga la "Libertad de Vientres" de los negros esclavos
nacidos a partir de entonces. Quedan abolidos los títulos de nobleza que se
imponían por la cultura europea. La tortura y la inquisición, por ley,
debieron quedar sin efecto. Y comienza a plantearse la necesidad de una
Constitución...
Hacia 1815, las Provincias de
Entre Ríos, la Banda Oriental,
Misiones, Corrientes y luego Santa Fe van surgiendo autónomas y diferenciadas
completamente de Buenos Aires, de la cual no quieren depender ni política ni
jurisdiccionalmente.
En medio de los caudalosos ríos
Paraná, Uruguay y sus afluentes se van conciliando ideas e intereses con
el deseo de formar una República.
Van apareciendo por entonces los
primeros nombres de los históricos jefes que aún hoy inflaman el corazón, el
pecho y la memoria de sus coterráneos. Son los Hèroes de los llanos y los
ríos, forjados con las armas en luchas fratricidas y contra el español.
Eran hombres de nata y cuños
de hierro que impondrían su voluntad por años, independientes de la voluntad
porteña.
Esos Hombres eran José Gervasio Artigas
en la Banda Oriental; el
Brigadier General Estanislao López en la
Provincia de Santa Fe y el
General Francisco "Pancho" Ramírez en Entre Ríos.
Llegó 1816 y el 9 de Julio -"en un
día claro y hermoso en San Miguel de Tucumán", según testimonios
históricos; -"Se declaró la
Independencia de España y de toda
la dominación extranjera"-.
De todas maneras continúan existiendo
tensiones entre las Provincias, que dificultan la formación de un
Congreso General para dictar la Constitución del Paìs que se busca y que
interprete el sentir de todas ellas...
Es que los Caudillos Regionales tenían
autoridad espontánea, reconocida por los habitantes que se subordinaban a
ellos, pero no a las órdenes impartidas desde Buenos Aires...
¿Como describir a Francisco Pancho
Ramírez? ¿De qué forma se describe al río que baja con fuerza, empujando
y deshaciendo piedras hasta convertirlas en pequeños guijarros mucho más abajo
en la correntada?
Supo ser generoso hasta el
cansancio, tanto o más con sus vencidos. Y una fiera impertinente, desgarradora
en la mordedura de los contrarios; aún del amigo, si se le oponía...
Alto, varonil, gaucho de
ojos claros. Pintado arriba de su zaino estrellero o de un caballo de ocasión,
su figura se agrandaba y permitía todos los halagos posibles.
Cuando Francisco "Pancho"
Ramírez entraba a su Concepción del Uruguay todo el mundo vivaba su
presencia. Los hombres le temían y envidiaban . Y las mujeres lo amaban.
Solìa aparecer enjaezado de azul,
con cordones dorados que penden en la chaquetilla militar de los Dragones
de la República de Entre
Ríos. Vestido asì, sobresalìa espléndido entre la montonera.
Ramìrez podía cortar una garganta sin
pudor al enemigo en la pelea, como podía blandir una pluma para el arreglo o la
composición de los decretos. También podía tender la mano dadivosa
para levantar al vencido. Abnegado hasta llegar a ofrendar su propia vida por
la persona que amaba.
- "Gómez murió tocando la
guitarra llenando al monte con vidalitas entre los gritos de la montonera y los
ayes de dolor de la carne desgarrada, hasta que él mismo fue una mueca
sangrante abrazado a la guitarra, peleando por Ramírez."
- "Ya quisiera yo morir también en
esa forma por mi general Pancho". Así se pronunciaban los hombres
agigantando la fábula, agrandando la leyenda.
- "Como no morir por él, buen
mozote y machazo como es", decían las hembras, arreboladas por el altivo
general cuando tan solo las miraba... Y ni que hablar si de la mirada pasaba a
los hechos. Por lo menos algunos hijos quedaron reconocidos por él como de su
misma sangre. Eran hijos que el destino de soldado le iba dando por aquí y por
allá. Como para demostrar que no todo era guerra o preparativo para la
guerra. Que al fin y al cabo, también era un hombre que gozaba de
momentos de paz y locura en las tardes o en las noches entrerrianas
bordeando el Río Uruguay.
Entre jinetes, caballos y serranías,
entre arreglos y desarreglos, pasaban los poco más de treinta años del Supremo
General de la República de Entre Ríos.
En medio de esas vicisitudes y cuando la
política o la guerra se lo permitía, visitaba a la bellísima, a la donosa y
frágil novia de la juventud Norberta Calvento...
El 1º de Febrero de 1820, las fuerzas
del Litoral unidas, con Pancho Ramírez y el Brigadier General Estanislao López
a la cabeza, están en lucha contra Buenos Aires.
Se produce la batalla de Cepeda.
Juntas, Santa Fe y Entre Ríos triunfan sobre Buenos Aires y marchan hacia
la ciudad. Exigen la disolución de las autoridades, en su mayoría porteñas y se
firma un nuevo pacto: el Tratado Del Pilar, donde por primera vez se proclama
un sistema Federal y Descentralizado de gobierno y se convoca a un Congreso con
representantes de todas las provincias. Es en ese momento donde Ramírez
desconoce a Artigas- antes su aliado- con quien comenzó a batirse en
armas.
Así nace en 1820 la "República de
Entre Ríos" que anexaba a Corrientes y Misiones para sí, colocando
como Jefe Supremo de la República al General Francisco Ramírez. Buenos
Aires observaba con recelo todo este proceso.
Por entonces, Ramìrez quiere recuperar a
Paraguay y expulsar a los portugueses de la
Banda Oriental. Supone que los porteños y Santa Fe lo apoyaran.
Pero Santa Fe y Buenos Aires ya
habían entrado en contubernios y arreglos políticos,
recelosos del entrerriano y de su creciente poder. Buenos Aires ofrece a Santa
Fe más de veinticinco mil cabezas de ganado, en el término de un año como pago
compensatorio de estragos de guerra. Lo garantizará un poderoso estanciero de
Buenos Aires llamado Juan Manuel de Rosas.
Por estos motivos y otras causas
Francisco Ramírez queda solo con su proyecto de una causa Federal Grande.
Las lanzas, las tacuaras con las
espadas, las moharras y los pendones, se fabricaron a toda prisa bajo las
órdenes del Supremo Entrerriano.
Ahora es preciso marchar, defenderse de
la espesa trama de guerra que tejían alrededor suyo los que antes eran aliados:
López en Santa Fe, Artigas por la
Banda Oriental -en el Este-
y el General Rodríguez del lado sur, en el puerto de Buenos Aires.
Ahora el Supremo Jefe
Entrerriano debe luchar contra ellos, buscando por medio de las armas la
razón que las palabras interpusieron entre ellos. Hombres de poder al fin,
buscando más poder por medio de distintas persuasiones.
- ¿Quién no quiere hacer este país
grande, juntando todas las piezas sueltas del rompecabezas?
- Yo sí!. - Yo no.!
¡Opondremos las armas en cien choques de ejércitos, de hombres y de
caballos para resolver esta cuestión!
Y como en tantos lugares del mundo, las
peleas y las pasiones terminan cuando se han regado los suelos, las plantas y
las hierbas con centenares de litros de sangre, de sudor y de carne humana.
Cuando no queda más espacio para que entre la espada o un cuchillo en los
cuerpos. Y cuando todos los cuerpos juntos, mutilados y amontonados comienzan
a mostrar hedor.
Pese a todo, los hombres lo seguían. Y
no solo eso. Más que eso: lo amaban. Daban la vida por defender al
hombre que los investía de una fuerza especial en los pellejos curtidos,
apergaminados y embetunados por el sol, por el frío y la tierra.
Ramìrez los hacía imbatibles.
Porque eran ellos mismos, felices y libres. Aunque esa libertad les
tronche la vida en una batalla... Rezumaban coraje sòlo para ser dignos.
Lo seguìan los hombres, pero
tambièn las mujeres se presentaban a luchar por èl: Cuarteleras, sanadoras,
embelesadas, guerreras.
Viejos, niños, jóvenes, todo el que
podía armarse, montar y empuñar un arma, era conquistado y seducido por el
poder de convencimiento del Supremo Entrerriano. Con su juventud y su
fuerza; con su elegancia, donaire y locuacidad engrandecía las gestas,
inflamaba los corazones.
Ella apareció de improviso. Nadie sabìa
de donde provenía exactamente. Se presume que era portuguesa del sur de
Brasil, cuando éste país era Colonia de Portugal.
Una avanzada de las tropas Artiguistas,
antes amigas y ahora rivales, se dirigió a dominar el Caserío del Arroyo
de la China para doblegar a Ramírez y obligarlo
a capitular y unirse a las fuerzas del Oriental. Alertado Ramírez,
no dudó en salirle al cruce por sorpresa, en medio del monte y en una noche tan
clara como el río Uruguay.
La enjundia ante el enemigo que pisaba y
mansillaba su tierra fue tal, que la lucha se decidió en poco tiempo a favor de
las fuerzas del general entrerriano.
Con los enemigos venían unos prisioneros
brasileños derrotados anteriormente por Artigas. Eran una veintena de hombres
y una media docena de mujeres. Estos solo esperaban el destino de los
derrotados de aquella época: degüello rápido y sin clemencia para los hombres;
la violación y el escarnio para las mujeres.
Entre esos prisioneros estaba la
brasileña. Delfina dicen que era su nombre y su apellido... Junto a algunos
oficiales de caballería brasileña, Delfina permaneció confinada a una casona
custodiada.
Su belleza era nítida, destacada,
elegante y sensual. Desbordaba presencia: algunos de los hombres en su misma
condición la protegían y la amaban en secreto. Al punto que le prometían
defenderla con la vida si este ejército que ahora los tenía como prisioneros,
intentaba ultrajarla como mujer.
Un oficial que la acompañaba, apolíneo,
bravío, curtido por varias peleas, sacó de entre sus botas un pequeño puñal que
puso entre las manos de Delfina "para que pueda defenderse si es
necesario". - "O de quitarme la vida Teniente si es preciso; porque
no voy a dudar ni un instante si alguna de estas bestias me pone la mano
encima" confesó Delfina a su ocasional compañero: el Teniente Pórtes . El
hombre advirtió el brillo de la determinación en la mirada y entendió que ella
no dudaría en hacerlo.
Una mañana apareció un rengo deshecho,
un mutilado de guerra. Un pez inferior en medio de aquel cardumen hambriento,
que debía emplear mil artimañas para no sucumbir mordisqueado por aquellos que
lo rodeaban. Entró a la casona con panes bajo el brazo, para
venderlos o cambiarlos por algún dinero.
De golpe, el rengo se encontró con
la figura rígida del teniente Brasileño que tenía en el pecho una hebra de oro
colgando de uno de sus bolsillos. Como la ambición y la pobreza eran muy
fuertes, no podía dejar pasar la oportunidad de mirar aquello que pendía como
una marca del linaje y origen del teniente brasileño.
El oficial, ni lerdo ni perezoso,
comprendió que el hombre había quedado encandilado con la muestra de la cadena
del reloj de péndulo que llevaba. Nada ni nadie distrajo la
vista del rengo de esa joya. Ni siquiera Delfina, una flor enhiesta y perfumada
dentro de ese grupo de hombres apiñados como frutas podridas en un cajón,
malolientes y mal entrazados.
- "Escuche"- dijo el oficial
entreviendo que el hombre estaba atontado con la vista del reloj.
-"¿Quiere ganarse un reloj de oro?. - Consígame de inmediato una entrevista
para mí y la señora con su General Ramírez. ¿Puede hacerlo?". El
hombre contestó afirmativamente. -"Si puede hacerlo, en el momento que
estamos frente a él, el reloj es suyo".
- Y allá partió el rengo, a hablar con
"mi general Pancho"- "que seguramente ha de querer conversar con
este portugués grandote, y con la rubia; que está güenaza." Al poco rato
volvió con un asistente del General Ramírez que los mandaba a llamar.
El general estaba "yerbeando"
debajo de un árbol cuando se dio vuelta y encontró fijos en él, los ojos de
Delfina. Era una rubia esbelta. Aún con aquellos andrajos que la vestían
miserablemente se adivinaba una mujer elegante y de temple. La acompañaba el
teniente Pórtes.
Ambos venían a pedir al General Pancho
Ramírez la libertad, ya que eran prisioneros de Río Grande del Sur en mano de
los Artiguistas hasta llegar allí.
Ramírez hizo mucho más que dejarlos
libres: llamó al teniente Brasileño a sus filas y destinó en su propia casa a
aquella mujer. Para que pueda estar como debe estar una mujer de su
alcurnia, hasta que pudiera regresar a la patria que había dejado atrás.
El Supremo Jefe Entrerriano conoció así
a Delfina y quedó, probablemente, sellado su destino.
La madre de Pancho Ramírez simpatizò
desde el primer instante con Delfina. Ambas eran mujeres de temple y bravura y
poco a poco se hicieron amigas.
Pancho Ramírez rondaba la casa y día
tras día compartía más y más cosas con la bella portuguesa. Sin pensar,
sin proponérselo, la convivencia trajo aparejado otros hechos.
Los paseos y las comidas juntos se
transformaron en deseo, el deseo en amor y pasiòn.
Mientras tanto en el otro extremo del
caserío, Norberta rezaba y lloraba mientras esperaba en vano las visitas cada
vez mas espaciadas de Pancho Ramírez.
Una tarde, Norberta salía de la Iglesia del Pueblo acompañada de su fiel
criada y una amiga. De pronto, sin entender que ocurrió, se paralizó al costado
de la calle.
A unos pocos metros de ella, Delfina y
un asistente de Ramírez cruzaban la calle en dos briosos caballos.
Bella y femenina la una, de pie al
costado del camino. Radiante y altanera la otra desde su caballo, cruzaron sus
miradas tan solo por un segundo.
Una sonrisa cruel apareciò en la boca de
la amazona. Una mueca de dolor se observò en Norberta.
Con angustia, la mujer que salía
de la Iglesia contempló atentamente a Delfina.
En ese mismo instante exclamó sin pensarlo: -¡Qué linda es!.
En esos días, Norberta comprendió el
final de la relación con Pancho y con profundo dolor, tomó la
decisión de hablar con él para poner fin al noviazgo.
Pancho Ramírez y Delfina recorrían los
campamentos de los soldados y juntos inspeccionaban a los hombres. La
hermosa amante del caudillo no lo dejaba nunca, se convirtió en la sombra del
héroe. Galopaba a su costado vestida con ropas militares que resaltaban la
soberbia y la belleza que envolvían su aura de mujer poco común.
Una casaca roja bordada en dorado y un
sombrero con plumas que llevaba a toda hora era el distintivo que
anunciaba de lejos la llegada de Delfina.
Cuando aparecía, todo el mundo la
saludaba con gritos de entusiasmo. La respetaban porque el caudillo la amaba,
aunque muchos deseaban en silencio a esa mujer magnífica, bello ejemplar
de hembra que cualquier hombre normal quisiera tener para sí.
Delfina fue la persona que reavivò
las ideas audaces del General. Era ambiciosa y corajuda y
transmitió a Ramírez esa ambición...
- "¡Naciste para ser grande Pancho!
¡Para ser el más grande de esta tierra de Entre Ríos! La gente a tu lado se
encrespa de coraje y se anima a cualquier cosa que le propongas." -le
susurraba permanentemente Delfina al General, que "hinchaba
el lomo" y agrandaba su vanidad y su hombría con aquellas
palabras.
Mediados de abril de 1821.
Ramìrez està reunido con sus principales lugartenientes: los Coroneles
Lucio Mansilla y Romualdo García, y los Comandantes Piris y
Calvento, bravo oficial que es hermano de Norberta. Tambièn està en
la reuniòn el oficial Brasileño Pòrtes, sumado ahora a las filas de
Francisco Ramírez... A su costado, soberbia y colosal, está la presencia de
aquella mujer: Delfina.
Mientras tanto, los comisionados y
mensajeros de Ramìrez regresaban desde Santa Fe con malas noticias. Esta
provincia había hecho arreglos con Buenos Aires que disgustaron al
Supremo Entrerriano.
Ramìrez interpreta que López ya no
está de su lado, sinó a la par de Buenos Aires. Ahora es la guerra entre
ellos, entonces decide atacar a ambas Provincias: Santa Fe y Buenos Aires.
Tomada la decisiòn, divide su
fuerza en dos: una para que cruce el río hacia Santa Fe al mando de los
Oficiales Garcìa y Mansilla. La segunda la comandarà Ramírez y
cruzará el Río más abajo en una parte estrecha del mismo. De esta manera
atacará Santa Fé desde el sur y desde el río en una operación
militar de Pinzas.
Delfina, sentada al lado del
general , estaba en la mesa de las reuniones.
- "Como ven señores, la suerte de
la campaña depende fundamentalmente de lo que hagan Mansilla y García al tomar
Santa Fe y dirigirse a pelear más abajo."
Mansilla, García y Portes dijeron que sí
con la cabeza, pero sus mentes estaban distraídas mirando la esbelta figura de
la Delfina...
Norberta yacìa en su lecho
de enferma, vencida por la debilidad y el tormento de abandonarse a sí misma.
De pronto, se levanta con un grito a la medianoche. Corren pronto a verla sus
criados, su padre. La fiel Paula ya está a tu lado.
- "Que tiene mi niña", ¿Qué le
sucede?... pregunta Paula.
- "¡Pancho! ¡Es Pancho!" dice
agitada, sofocada por el ahogo y el calor de sus entrañas.-"¡Es Pancho!
Paula; soñé que estaba muerto, muerto!, Rojo de sangre y sucio de tierra. Vi
como una flor roja, mortal, en su espalda. Estaba tirado entre los yuyos
y las piedras."- gemía Norberta llorando; angustiada, sudorosa...
- La negra abrazó con fuerza a la pálida
mujer. Luego estirò su mano derecha al aire y se persignó sin que Norberta
Calvento la observara.
Francisco Ramìrez está acostado en el
suelo envuelto en un poncho carmín. Delfina está a su lado cubierta por
la misma manta abrazada a èl. Un matorral de juncos los cubre en la orilla del
Río Uruguay, en una tarde de paz y descanso en la barranca. Se han dormido
profundamente, después de hacer el amor..
Han pasado muchos días entre corridas y
preparativos. Primero retozaron al costado del Río mientras oían golpear
el agua contra las piedras. El murmullo del agua que sucedió al éxtasis
los durmió.
Los dos están cubiertos de ropajes
livianos, abrazados; casi boca con boca...
De repente, el caudillo se levanta como
picado por un insecto feroz, agitado y asustado. Con los ojos desorbitados
miró hacia el río pero sin ver, envuelto en un espasmo total.
- "¿Que te pasa Pancho?"
Pregunta Delfina que ha sentido su convulsión sorpresiva.
- (...) - Silencio
- "¿Qué te pasa Pancho?"
- Delfina! Delfina: soñé que... que un
enemigo llegaba hasta mì con la punta de una lanza... y yo no tenía más
nada por hacer...
- Tonterías Pancho!! Tonterías!! Nada ni
nadie puede vencerte... Veni!.. Besame, Pancho; vení. Nadie puede vencerte!!.
Dìas despuès, en medio de la guerra,
Ramírez esperó largamente cuatro días con las noches en desconsuelo total
al ver a sus hombres diezmados y malheridos, recostados por aquí y por
allá, en medio de los gritos provocados por el dolor de las heridas.
El Supremo camina entre los caídos. A su
lado, lo sigue Delfina... -"Ya van a llegar Pancho, no desesperes!!"
Lo alienta.
- "No Delfina, no van a llegar!!
Presiento que Mansilla me traicionó!! Mansilla no atacó Santa Fe, algo
paso Delfina!!" "Ju'e Puta!! Si me parece estar viéndolo. De
tenerlo cerca, te juro que lo mato despacito! Lo descuartizo de a poco!!"
El Caudillo ha peleado bravamente,
desembarcó en Coronda, al sur de Santa Fe. Atacó sorpresivamente a los
Porteños, luego a los Santafesinos . Uno tras otro, los fue venciendo, pero han
pasado varios días y las tropas de refuerzo que debían bajar desde el norte,
bajo la comandancia de Mansilla y García no llegaron a destino. Ahora
Ramírez está diezmado en sus fuerzas de combate y en las municiones.
Efectivamente: Mansilla lo traicionó.
Entró a Santa Fe y con la ciudad casi desguarnecida, misteriosamente
decide volver. Él es porteño de nacimiento.
-"Dice que no quiere luchar
contra sus hermanos de sangre". -"Volveremos porque la flota
porteña puede atacar la costa entrerriana que quedó sin custodia" cuentan
que se le oyó decir. Vaya uno a saber...
Así, el norte del ataque planeado por
Ramírez quedó sin cubrir... Ramírez quedó solo, sin el apoyo que debía venir
del otro lado del río. Y tiene que enfrentar a sus enemigos por
tierra, con las tropas y los animales agotados.
Finalmente el 26 de mayo de 1821,
es derrotado en Coronda, en la Provincia de Santa Fe. No puede
volver a Entre Rìos por el Río Paraná, porque está rodeado también por allí.
Entonces decide huir hacia Córdoba, con
la mayoría de los gauchos e indios de su tropa vencidos, cansados, casi
hambrientos. Ya no tienen charque para los tasajos, ni caña paraguaya en los
chifles ni pólvora para pelear o para darse ánimo en la batalla.
El día 10 de julio de 1821, la suerte
del General Pancho Ramírez está echada: los santafesinos ya están sobre él.
Una canción popular pinta fenomenalmente
en la primer estrofa, lo sucedido por entonces. Dice el poeta Carlos
Guastavino en "Romance de la
Delfina":
Galopando va Ramírez
con su caballo estrellero
lo envuelve un aire de angustia
esa tarde en que el lucero
se va apagando en su vida
de caudillo y de guerrero.
Desarmados, los soldados de
Ramírez, ahora son sólo una soldadesca miserable, desarrapada, que marcha
buscando una salida.
De pronto, en la retaguardia se
oyen gritos de dolor y de locura... El enemigo está atacando a los rezagados
matándolos sin dudar.
Ramírez, Delfina y un puñado de hombres
buscan huir, cubiertos por otros que defienden al caudillo lealmente
peleando hasta morir.
De pronto, el caballo de Delfina
tropieza, renguea y se retrasa. Los perseguidores la alcanzan. Ya están
sobre ella. Primero le quitan el sombrero que era su orgullo. Retienen su
caballo y la inmovilizan... Ya la están acosando tres o cuatro hombres. Uno de
ellos la agarra por los pelos y la tira del caballo. Otro intenta quitarle su
chaqueta roja mientras los demàs ríen burlones.
El General Ramírez se da vuelta a
buscarla y observa lo que ocurre. No duda ni un instante...
El sable ya está en la diestra cuando
taconea el caballo hacia donde está Delfina. Echa el cuerpo hacia adelante y
lanza el animal a toda carrera, alentándolo. El sable es una máquina de romper
cabezas, busca vainas de carne y de huesos entre los soldados enemigos que los
superan diez a uno.
- "¿Cómo ha de ser una mujer para
que un hombre muera por ella? ¿De qué madera está hecha esa hembra para que el
General no dude ni un instante y ataque él solito a los captores?".
En el entrevero la mujer huye. Pancho
Ramírez sale tras ella, pero un pistoletazo lo quema en la cabeza y en el
pecho.
Corre la Delfina y corre Pancho detrás
sangrando agonizante, abrazado al pescuezo del fiel caballo... Pero a los
doscientos metros cae al suelo. Cuando su cuerpo toca la tierra, ya está
muerto...
... "Como un tigre vuelve el hombre
valiente en su acometida.
Salvando así de las garras
enemigas a Delfina.
Y al conseguirlo un disparo
troncha por siempre su vida!!
Delfina enloquece al ver a Pancho caer
en la huida y rodar entre el polvo, las piedras y
los pajonales. Un soldado enemigo se
acerca al General y rápidamente lo degüella. Toma la cabeza por los pelos y la
coloca en la punta de la lanza, para usarla como bandera por muchos días con el
fin de atemorizar a sus seguidores. El cuerpo quedó tirado a un costado del
camino para comida de los caranchos.
Después la cabeza de Francisco
Ramìrez es enviada al gobernador López, que decide embalsamarla. Reducida y deshidratada,
preside por mucho tiempo su mesa de trabajo.
El vil orgullo de los hombres... El
Brigadier López ha decidido mostrar la cabeza de Pancho Ramírez en su
escritorio. - "Para perpetua memoria, escarmiento de otros que en
sus aspiraciones intenten oprimir a los heroicos y libres santafesinos.",
como dice un bando de aquella época.
Luego de varias semanas, Lòpez coloca la
cabeza de Pancho Ramírez en una jaula y la exhibe por varios días más en el
Cabildo de Santa Fe. Hasta que un religioso se apiada de él y decide
darle sepultura.
Delfina regresó tiempo màs tarde
-ayudada por algunos lugartenientes- a Concepción del
Uruguay y murió allí el 28 de Junio de 1839.
Se comentaba que era hija ilegítima de
un Virrey Portugués y una marquesa Paulista. Había sido dada en Tenencia para
su crianza a una familia adinerada de Río Grande, que talló en ella el abolengo
y la estirpe que la siguieron hasta que murió. .. Y que había enloquecido
de amor al General Ramírez.
Así murió el Caudillo que aún hoy es recordado
en la historia de la provincia de Entre Ríos.
Francisco "Pancho" Ramírez,
federalista por intuición y convencimiento, fue el primer hombre que trató de
encauzar la Organización Institucional del país: creó leyes provinciales,
ordenó reglas de Derecho Público; adoptó el principio de la obligatoriedad de
la concurrencia a las escuelas, que ademàs debìa ser totalmente gratuita. Así
convirtió a Entre Ríos en una avanzada en la materia para la época. El
espíritu del caudillo inflama todavía los pechos entrerrianos a pesar
del tiempo que pasó.
Mientras tanto las dos mujeres que
fueron parte de su vida amorosa son recordadas por todos, porque siguen
vivas en la memoria de los hombres de Entre Ríos.
Delfina está por allí, en algún lugar,
siguiendo al Caudillo. Su esencia de mujer bravìa no debe estar
tranquila, sabiendo que Ramírez no logró todo lo que deseaba al igual que
ella.
Norberta Calvento, volaba en el tiempo
sin rumbo ni razón desde sus dieciocho años. El hombre que marcó a fuego la
historia de una Provincia y de un país, dejó un desarraigo terrenal en el alma
de la joven. Ella nunca lo olvidó. Como olvidar a aquel hombre de mirada
de fuego, y palabra altiva y señera. Único entre miles.
Cuando por mil ochocientos veintiuno le
anunciaron a Norberta la muerte de Pancho Ramírez
a mano de sus enemigos, negó. Negó y renegó de la muerte del General porque
entendía que no era hombre de claudicar ante nada ni nadie. Menos iba a
finalizar así, de improviso, siendo tan joven y tan fuerte. ¡Si aún no
había terminado la obra de hacer grande a su Provincia de Entre Ríos!
No! Si fue su único hombre y aunque no
estaba con ella, prometió cuidarla! ¿Por qué había de dejarla solitaria
en esa sociedad creyente, idólatra, mojigata e hipócrita, como la de
principios del siglo XIX.?. Esa sociedad en la que la educación
tradicional le enseñó el principio y la creencia del amor eterno...
Con el paso de los años, cercana a los
noventa años de vida, Norberta tenía algunos momentos de lucidez a
pleno; como cuando aparece de golpe la calma del viento entre las ramas, hasta
que vuelve a agitarlas. Cuando se tranquilizaba podía sentir - decía-
"el aliento de Pancho" sobre ella. Y cerraba los ojos
para soñar.
Cuando sintiò que la muerte
venía a buscarla la esperò gozosa, porque suponía que la llevaban a
algún destino de calma y paz, para poner las cosas en el lugar que
corresponde: Ella y Pancho juntos para siempre.
En el momento del final, pidió a las
personas del servicio, que la rodeaban mansamente: - “Cúbrame con el
vestido que iba a usar en mi boda", desvariaba en la última
orden que alguien cumplió piadosamente, -"Así sabrá cuando me
encuentre, que nadie lo amó ni lo amará como yo a él."
Hoy perduran en la casona de entonces -
reconstruida- las galerías, las verjas, el aljibe; las paredes que
guardan los suspiros, los llantos y la ilusión que permanecen allí por encima
de otras sensaciones.
Es una energía que envuelve abrasadora a
los amantes y les infunde el hálito de lo eterno e indestructible. Como el
recuerdo del Supremo y el vestido de novia de Norberta Calvento.
Es que Norberta sigue viva cuidando a
Pancho, en la casa de Concepción del Uruguay. Está latente en el recuerdo y la
esperanza de los que sienten que el amor eterno existe... Que la ilusión
es necesaria y las utopías también. De otra manera: ¿Qué se supone es el
hombre sin utopías, sin ilusión de poder o de riqueza, de mando? Y muchas veces
con la ilusión de amar... Como Pancho. Como Delfina. Como Norberta. Cada uno a
su manera...
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"UNA NUEVA ENFERMEDAD CAUSADA POR EL FÚTBOL"
-“Nosotros
amábamos a Diego, lo adorábamos. No había ni una sola casa en Nápoles que
no tuviera una foto de Maradona con los colores del "Nápoli".
Era un Dios… Había casas en las que prendían velas en
su honor, venerándolo como sí fuese un santo.
-Aún
hoy, hay hogares en la ciudad que siguen guardando su recuerdo y amándolo.
Yo
escuchaba atentamente al elegante comerciante napolitano vestido con un traje
gris impecable, con camisa celeste y corbata al tono. Estaba sentado
enfrente mío, en el tren en que viajábamos desde Florencia a Milán esa
mañana. Platicábamos alegres, mitad en italiano y mitad en español. Por
supuesto, el tema central era el fútbol…
Pasó el
tiempo y recuerdo todavía con simpatía la grandilocuencia y los gestos
ampulosos del italiano para demostrar la pasión por Maradona; sus amagues; las
“rabonas” y la grandeza futbolística que le dio a Nápoles, Club que consiguió
por primera vez, de la mano de diego, el Campeonato Italiano y otros títulos.
Pensaba
en todo esto cuando aquí es diciembre y rescato otra historia más cercana a fin
de parangonar aquella. Tiene que ver con el hecho de simpatizar con el Club
Rosario Central y vivir a unos kilómetros de la "Patria Auriazul".
Por estos
momentos en este territorio se conmemora el “Día de la Palomita”, el 19
de diciembre de cada año desde 1971.
Ese día
comenzó una leyenda futbolística que se extiende hasta la actualidad: una final
de campeonato nada menos que con los clásicos rivales de la ciudad...De pronto,
un centro pasado desde la derecha y un cuerpo con bigotes que vuela bajo, hasta
colocar la frente en el centro de la pelota para empujarla mansa hacia la red,
que se apanzona deliberadamente...
Y
allí el verde no fue más verde, porque todo chorreó azul y amarillo y gol
y cánticos, hasta semejar una obra de arte que hoy se sigue prolongando. Como
un recuerdo feliz en los Territorios Canallas.
¡Ah sí,
cada vez somos más! Ese vuelo hizo estallar un delirio imperial que tiene
años de ensoñación, por aquel gol especial; nada menos que el gol del
triunfo y el campeonato .
Entonces
vuelvo a escuchar a aquel Napolitano que decía: -“Nosotros amábamos a Diego, lo
adorábamos.- No había una sola casa en Nápoles que no tuviera una foto… Era un
Dios… ¡Aún sigue siendo un ídolo!”
-¡Yo debí
decirle: le digo hoy a la distancia, para no ser menos grandilocuente con aquel
comentario entre dos amantes “del calcio”:
-“Nosotros
también adoramos a Diego, pero como centralistas amamos y nos enloquecemos más
con aquella creación de Aldo, aún con todos los años que pasaron”.
Debí
explicarle que después de tanto tiempo pasado, es seguro que nuestros festejos
empañan a los de Nápoles y sus “Scudettos”. A la adoración que sienten por
Diego y sus fintas por toda Europa.
Para
colmo yo regresaba alucinado con lo vivido horas atrás en la principesca
Florencia histórica. Con los museos, las iglesias y las galerías de arte.
Los jardines y los palacios de centenares de años. Traía en mí "el Mal de
Florencia”; el impacto emocional de su pintura y su escultura.
Venía
contagiado del esplendor de la “Alegoría de la Primavera, de Botticelli, que
casi me hace llorar de emoción como a tantos turistas del mundo, en la galería
de los Uffizi, donde está una de las colecciones artísticas más grandes
del mundo.
De boca
de los Florentinos comprobé el amor por el fútbol en Italia. Como dijo
uno de ellos: "Aquí, Primo las donnas, doppo el calcio y terzo el laboro.”
Sensibilizado
por todo esto, comprendí a los napolitanos y su locura histriónica.
Si el fútbol tiene esa magia... Al igual que los males peculiares de cada
Región, como el “Mal de Florencia”, existe el “Fanatismo futbolístico
por Diego y el Nápoli”
Hoy,
contagiado por el shock emocional de aquél recuerdo, me dejo llevar al espacio
con esa obra de arte de la palomita del ’71 y por su contenido plástico. Por el
significado futbolístico. Hago votos para que pueda pintarse, grabarla. Hay que
esculpirla! Para dejarla en un museo de la ciudad de Rosario!
Así
le agregaríamos (lamentablemente) otra patología no convencional a la medicina
de la ciudad, (perdón, es sin querer) para ser tenida en cuenta en propios y
extraños: el "Vahído de los Canallas”. El tradicional grito que se
repite todos los años en el festejo de aquel campeonato tan especial, que
desquicia las mentes y los corazones centralistas.
-Ah, si:
perdón Nápoles. Mis respetos. Lo queremos mucho a Diego, el futbolista.
Pero en Rosario y la zona, amamos y veneramos a “La Palomita de Aldo”. Y todos
los 19 de diciembre hacemos un recordatorio -casi novelesco- de ese
momento. Que es un “Clásico” en todos los sentidos.
…Si
vuelvo a Italia prometo llevarles una pincelada de este folklore
auriazul. Para que lo guarden en algunos de sus Galerías junto a los
Boticelli. Con los Miguel Ángel, los Giotto; con Masaccio, con Durero,
con Leonardo y tantos otros ilustres. Para que los visitantes
comprendan este mal tan singular, que forma parte de la mística centralista y
el folklore del fútbol.
GUSTAVO
F.FARRONI (CLASON, STA FE) (en 1998)
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"SEBASTIÁN Y LUCÍA: UN AMOR ESPAÑOL EN TIERRA AMERICANA"
Los
indios Corondinos corrían atropellándose entre ellos, persiguiendo a Sebastián
Hurtado que huía espantado por la orilla del río Carcarañá, confiado en que
llegaría hasta los vestigios del fuerte que años atrás había fundado Sebastián
Gaboto. El fuerte ahora solo es un puñado de madera reseca y quemada, que
se desgrana en mil pedazos bajo la acción del sol y de los insectos, pero es el
único lugar con civilización posible y donde Sebastián supone que se puede
refugiar.
El
soldado venido de España con sueños de conquista y riquezas, no sabía que en la
espesura lindante al río lo esperaban agazapados otro grupo de indígenas, los
que finalmente acabarían con su vida, despedazándola a golpes, con mazazos
contundentes de hachas, palos y piedras.
Los
indios habían elegido para él una de las peores muertes que podían darse en
estas latitudes en el año mil quinientos veintinueve. La orden había sido
impartida por Siripo, uno de los caciques del grupo de nativos que habitaban en
la desembocadura turbulenta del río Carcarañá en el Paraná.
Con el
primer grito de la montonera indígena que le salió al cruce, Sebastián sintió
un golpe. Un latigazo o una quemazón en la espalda lo torció rápido hacia un
costado y después cayó hacia el suelo. Con sus ayes de dolor y el
griterío de la tribu, Sebastián alcanzó a ver los borbotones de sangre y de
carne desgarrada que le mostraron en cuestión de segundos la cara horripilante
de la muerte.
Debe
haber sido en ese momento, en medio del sufrimiento y antes de la nada, que
Sebastián Hurtado recordó a Lucía Miranda.
Lucía…Dueña
de la gracia y de la belleza que despertó pasión en tantos soldados
de España; en los conquistadores; en los viajeros que venían al nuevo mundo y
hasta en estos indígenas que ahora lo despedazaban, sólo porque Sebastián fue
el gran amor de Lucía.
El
soldado comprendió que su vida se terminaba, igual que terminó horas
antes la vida de Lucía, consumida y desfigurada por las llamas de
la pira ordenada en el centro de la toldería que en cuestión de minutos
borro su belleza innata.
...De
todas maneras, Sebastián había concluido que antes de no ver más el sol
en los ojos y en la piel de Lucía, era preferible morir mil veces.
Milésimas
de segundos antes de morir, desfiló por su cabeza la angustia de no poder
besarla otra vez, aunque más no sea como el último deseo concedido a
cualquier condenado a muerte.
Después
de despedazarlo, los indígenas mostraron los restos a Siripo. Luego de
certificar de haber dado muerte a la persona indicada, lo tiraron al río
Carcarañá. Exactamente en el lugar donde habían comenzado las desventuras de
Sebastián Hurtado y Lucía Miranda en América.
Unos años
atrás Sebastián había conocido a Lucía en los arrabales de Madrid, cuando ella
era una noble dama , muy bella, cuya alcurnia y linaje la sostenían enclavada
en lo más alto de la sociedad española.
Lo que no
sabían ambos es que de aquellos primeros encuentros donde sólo abundaban las
miradas veloces y furtivas -Sebastián servía como soldado a uno de los señores
feudales emparentados con el marido de Lucía- surgiría un amor tan
violento y voraz, que acabó con los dos pocos años después, en tierras
tan diferentes a las que vio nacer la pasión y el romance que los envolvió.
Una vez
que se dejaron llevar desbordados por la pasión y el deseo, Lucía sintió que la
única forma de vivir el amor con mayúsculas era huir lejos con aquél soldado.
Las iras
de un marido rico, noble y poderoso, pero despechado, seguramente se harían
sentir en cualquier rincón de España... Así que decidieron partir en viaje
hacia el Nuevo Mundo. Los dos sabían que atrás quedaban resabios de un
odio que habría de seguirlos aún a través del mar. Ese rencor no les iba a
permitir volver jamás a la tierra que habitaban.
Cuando
Sebastián y Lucía partieron con la expedición de Sebastián Gaboto, decidieron
hacerlo en el más absoluto secreto. Gaboto era un avezado marino dispuesto a
explorar nuevas tierras y buscar riquezas que prometían ser ilimitadas en el
Nuevo Continente.
Cuando
arribaron a América en la expedición, el mar cambió el color azul
intenso por un marrón claro que tomaba la forma
de un embudo que los llevaba hacia un río muy ancho y caudaloso.
Corría el
año mil quinientos veintisiete cuando los enamorados miraban absortos la
variedad vegetal que bordeaba el enorme río color de tierra, en el que
navegaron para desentrañar sus misterios.
Cierto
día, llegaron a la desembocadura de otro río pequeño que partía en dos el
enorme caudal de agua del primero.
La
expedición hizo un alto y Gaboto decidió quedarse allí. Lo primero que hicieron
fue reconocer el terreno, manso de verde, aunque con tonalidades cambiantes.
Alrededor, miles de pájaros y otros animales que solían desperezarse calmos al
sol, huyeron despavoridos ante la llegada de los extranjeros que bajaban las
pertenencias, desde los barcos hasta la orilla de la confluencia de los dos
ríos.
De a
poco, descubrieron que existía mucha comida. Aprovechando la tranquilidad
del lugar y la riqueza de animales y plantas para alimentarse, fundaron una
población. Allí construyeron ranchos cubiertos de paja, palos y barro,
rodeados por escasas defensas que pretendían ser muros de contención, con palos
a pique y plantas espinosas que también eran un cerco para la entrada
de los animales.
Nació así
un pequeño pueblo con un puerto. Con el tiempo, ambos serían conocidos
con el nombre del Jefe de la expedición: Puerto Gaboto.
Mientras
hacían este trabajo, eran observados en el día a día por decenas de indígenas.
Estos miraban azorados la determinación de los valerosos expedicionarios que
construían esas casuchas ruinosas con esmero.
Los
indios se acercaron pacíficamente desde el primer momento, atraídos por
la curiosidad. Pertenecían a una tribu cercana que se hacían llamar Corondinos.
Eran cazadores y pescadores que tenían interés en el intercambio de plumas y
cueros por los objetos nuevos, extraños, que veían en aquellos recién llegados.
No eran violentos, pero sabían manejar sus armas con habilidad para
procurarse el sustento y la supervivencia. Por lo general estaban en constante
alerta ante la aparición esporádica de tribus vecinas que venían del norte;
éstos, eran guerreros que solían robarles el fruto de lo cosechado
en el agua y en el monte.
Entre los
nativos Corondinos se distinguían dos caciques de porte altivo y mirada encallecida
por las continuas escaramuzas para defender su territorio. Se llamaban Siripo y
Mangoré. Eran hermanos y ambos comandaban a los Corondinos
con resolución.
Mangoré y
Siripo rápidamente iniciaron una buena relación con la soldadezca que bajaba de
los barcos. Unos y otros se acercaron de a poco hasta que entendieron que
podían ser amigos. Al principio los indígenas desconfiaron, pero después los
sedujo mirar a estos hombres tan diferentes en la vestimenta, en el color de
piel y en el lenguaje que profesaban. Así fue que los españoles que asentaron
sus pies en suelo indígena para marcar territorio y los nativos, entablaron
amistad lentamente, un poco por curiosidad y otro mucho para ver que utilidad
les reportaría la relación de uno con los otros.
Meses
después, Mangoré recorría curioso el rancherío levantado por los españoles,
husmeando como por casualidad entre las pertenencias de los habitantes del
lugar. Lo acompañaba un aire sencillo en la mirada, como si fuera un día
cualquiera de cacería entre el monte, en las inmediaciones del fuerte.
De pronto
Mangoré ensayó un suspiro. Volvió la mirada hacia Lucía que
venía de lavar ropa en el río, mostrando en el cuerpo un poco de
transpiración que remarcaba su figura. O acaso era el agua del río
que la seguía hasta aquí, acariciando su contorno… Mangoré la vio y decidió
seguirla, muy a pesar de Lucía quién comprendió de inmediato el mensaje de sus
ojos, ahora torvos, que ya están convertidos en dos brasas no disimuladas.
Lucía
corrió casi hasta el encuentro de Sebastián, que se interpuso en el camino del
indígena en inequívoca señal de protección de su amada. Mangoré siguió
camino hacia otro lado cualquiera mascullando algo inteligible, aunque no
apartó la vista de la mujer a quien parecía desnudar, a juzgar por su
semblante y la intención de la mirada.
Después
de varias semanas, la rutina se ocupó de distraer a todos en los quehaceres por
sobrevivir, además de reparar sus chozas y los barcos.
Al cabo
de unos meses, Mangoré regresó al fuerte, acompañado por otros indígenas y su
hermano Siripo. Vuelven trayendo cueros de distintos animales y plumas
multicolores en cantidad abundante para ofrecer al Jefe de la guarnición. Los
cueros le servían a los españoles para cubrir los techos de las casuchas, para
que las lluvias no penetre intempestuosa en ellas. Las plumas, que en otros
lugares pueden servir como adorno de las viviendas y de las ropas, aquí se
usarán para fabricar y rellenar a distintos enseres: almohadones, colchones,
frazadas, abrigos…
Siripo
dirigía el intercambio de mercaderías entre los nativos y los soldados. Él
también terminó de creer en las palabras de Mangoré que elogiaban
desmesuradamente la figura y los ojos de la extranjera, cuando con sus propios
ojos advirtió a Lucía entre otros hombres y mujeres del fuerte. Entonces
advirtió que las palabras de su hermano eran poco expresivas, comparadas
con la belleza y la energía que fluía de aquella extraña y bella mujer.
Unos días
después, en una madrugada serena del año mil quinientos veintinueve se
escucharon unos crujidos inequívocos en el caserío del fuerte de los españoles:
eran los techos inflamados con la furia del fuego, que crepitan hasta
convertir el campamento en una tea incendiada donde el pánico cunde. Por acá y
por allá se escuchan gritos de angustia, de dolor y de furia ante
esa quemazón inexplicable. Todo es confusión, hasta que aparecen en escena
otros actores: son los indígenas que llegan desde todos los rincones de la
negrura de la noche y de los montes circundantes. En medio del caos, los
indios atropellan por sorpresa hasta lo inimaginable, primero con
furia y exhalaciones contenidas. Después de la sorpresa inicial, el
griterío de la indiada es mayor, mientras arrasan todo lo que encuentran a su
paso.
Toda
aquella violencia homicida trae aparejada la muerte de varios soldados a manos
de los nativos. Entre los atacantes, Mangoré está en la primera fila,
blandiendo una enorme lanza que atraviesa cuanto pecho se le pone enfrente,
hasta llegar hasta a la casucha donde Lucía y Sebastián luchan contra las
llamas que están arrebatando sus pocas pertenencias.
En la
confusión generada por la sorpresa del ataque nocturno, Lucía es raptada por
Mangoré que la aprisiona con fuerza contra su cuerpo mientras la arrastra hacia
la oscuridad del monte. Otros indígenas tratan de rodear a Sebastián. Cuando
éste reacciona y descubre lo que está sucediendo, es demasiado tarde: un
tronco que oficia de tirante de la casucha cae en llamas delante de él
haciéndolo trastabillar. En ese mismo momento un secuaz de Mangoré lo
golpea en la cabeza y Sebastián cae semiaturdido y lastimado.
Después
Mangoré y los demás huyen hasta un extremo del fuerte, donde Siripo juntó a
otros indios enardecidos por el triunfo logrado por sorpresa ante los españoles.
Estos solo atinan a juntar a sus heridos y a contar los muertos, dominados
todavía por el horror desencadenado tan inesperadamente.
En ese
momento el sol asoma tibio en el centro del poblado, levantando un halo que
semeja un enorme hervor que fragua el horror de las muertes y la
destrucción.
…Lo que
no sabia Mangoré, que lleva a Lucia a los empujones y a los golpes hacia
la espesura, es que él no llegaría a gozar del sabor de ese fruto español ni
siquiera por una vez. Ahora se alborota y se excita por el triunfo conseguido
ante los extranjeros, aunque se excita más por la presa que lleva a los tirones
hacia su escondite.
Pocas
horas después todavía caminaban por la serpentina del monte, esquivando espinas
y recodos. Mangoré llevaba casi a la rastra a Lucía, atontada por la
violencia con que se despertó, para conducirla al futuro cautiverio. El
esfuerzo de horas, lo intrincado del camino, los ayes de Lucía y las continuas
caídas, propician el atraso de Mangoré que tironea aún más a la bella española,
cerrando la larga fila de indígenas. Estos todavía están estimulados por
el vaho del alcohol de la noche anterior y la orgía de sangre con que terminó
aquel exceso…
De a poco
Mangoré y Lucía se iban quedando retrasados y muy separados del resto.
Sólo eran seguidos atentamente por la miraba escudriñadora de
Siripo. A la par que miraba a su hermano y a la española, también vigilaba con
celo la retaguardia por si algún extranjero los seguía.
El sol
que jugaba desde hace unas horas sobre el techo del monte, comenzó a traspasar
la espesura vegetal hasta reflejarse desmembrado sobre el pasto que cobija el
suelo…
Ese fue
el momento que Siripo creyó oportuno…Sin decir palabra, se deslizó hasta
Mangoré que intentaba levantar a Lucía una vez más. Este estaba agazapado,
apoyando una mano contra un árbol en actitud de descanso. Siripo primero apoyó
la mano izquierda sobre la cabeza del hermano y lo apartó de la española. Hizo
un gesto con los dedos como de hacer silencio para escuchar la llegada de
posibles seguidores...En ese momento, Mangoré dejó a Lucía en el suelo, casi
desmayada. Se alejó dos pasos hacia atrás y trató de mirar y escuchar a
los posibles seguidores.. . Siripo continuó tomándolo por la nuca indicándole
hacia donde debía observar, casi como en cariñosa actitud paternal. Segundos
después y sin mediar palabra, le asestó varias puñaladas que llegaron desde
atrás en dirección al estomago de Mangoré , que reaccionó moviendo los
brazos como molinetes para escapar de su hermano. Parecía intentar un vuelo
infructuoso mientras el estómago se abría como una flor a la que le
arrancan los pétalos.
Mangoré
murió completamente desangrado en cuestión de segundos, fue a través de varios
agujeros en el cuerpo que Siripo se encargo de agrandar y multiplicar con
un cuchillo de hoja fina y corta; sin dejar de sostenerlo por la fuerza
con la mano en el pelo de la nuca. Hasta que Mangoré quedo completamente
apoyado con la cara en el suelo, sucia con hojas, tierra, hierbas y embardunado
por su propia sangre. Siripo solo aflojó los dedos de la mano izquierda en la
nuca del indio, cuando Mangoré quedo exánime y sin gritar. Entonces buscó a
Lucía que yacía más allá, exangüe y sin comprensión.
Después
arrastró a la española sin miramientos, por el sendero que marcaba el camino
hacia la ranchada que hacía las veces de asentamiento de los nativos.
En aquel
lugar, Siripo, enamorado de los encantos de la española, se dedicó a
curar las heridas de Lucía. A medida que ésta se recuperaba el nativo intentaba
demostrarle sus sentimientos; de a ratos seduciéndola en su media lengua
aborigen. Con miradas, con regalos y una especial atención hacia
ella, que las demás mujeres de la tribu veían con resquemor y no sin
celos.
Lucía
por su parte, mantenía dentro suyo la imagen de Sebastián que llegaba hasta en
sueños, No en vano huyó detrás del soldado español hasta atreverse a cruzar los
mares y penetrar en territorios totalmente desconocidos y peligrosos, como lo
comprobaba ahora en carne propia.
La
estadía forzada en ese lugar se hizo larga y penosa, a pesar que tenía
libertad para moverse dentro del territorio del rancherío.
Recibía
un trato diferente a otras mujeres del cacique. Trato que le dispersaban
por orden y mérito del amor de Siripo, jefe único de la tribu ante la muerte supuesta
de Mangoré a manos de los perseguidores españoles....
De todas
maneras esa libertad era vigilada celosamente por las comadronas y las chusmas
de la tribu.
Cuando se
repuso totalmente, en Lucía nació la urgencia por huir de ese lugar.
Sentía tanto odio por esta situación, como era gigante el amor que latía en
ella por su joven y valiente soldado que… ¿quién sabe qué suerte había corrido
por esos días?.
Varias
semanas después un tumulto creciente a los puertas del caserío alertó a todos
los aborígenes. Una pelea había comenzado con los albores de un nuevo día.
Entre gritos de dolor y aullidos de rabia y desesperación, varios indígenas
aparecieron arrastrando las figuras inconfundibles de unos soldados españoles
que eran empujados al centro de la tribu donde Siripo los esperaba altanero y
enjundioso.
Grande
fue la sorpresa de todos y más aún de Lucía, cuando vio aparecer herido y
desfalleciente a Sebastián, que era arrojado sin miramientos como
un leño reseco o un animal cazado, a los pies del cacique.
Lucía se
arrojó sobre él. Logró abrazarlo y besarlo pero sólo por unos segundos,
porque fue apartada de inmediato por los indígenas, que apenas lo dejaron
tocar.
Mas tarde
le informaron a Lucía que los soldados iban a ser castigados
con fiereza, tal vez hasta morir desangrados, total…¿quién se iba a preocupar
por ellos?... Entonces no dudó. Se dirigió con resolución hacia donde estaba
Siripo que la observó sorprendido. Después de unos segundos de mirarlo a los
ojos fieramente, Lucía se arrodilló a los pies del cacique. Llorando
amargamente le suplicó una y otra vez por la vida del español y también por la
vida de los soldados prisioneros.
Sus
gestos no conmovían a Siripo que miraba erguido y altanero a Lucía sin emitir
palabra. Pero pocos segundos después, Lucía pronunció las palabras mágicas que
Siripo había esperado y deseado largamente: la promesa de ser suya en cuerpo y
alma a cambio de la vida de Sebastián y los soldados españoles.
De esa
manera, Lucía se doblegó por voluntad propia a Siripo. Tanto era el amor que
profesaba por el soldado que no dudó en someterse a los deseos del cacique.
Con
aquella gracia de Lucía , Siripo dejó vivir a Sebastián y también a los otros
españoles. Algunos soldados se desperdigaron por el lugar y tomaron las
costumbres y los usos de los nativos adaptándose a vivir bajo el imperio de las
leyes de Siripo. Con los años los soldados convivieron con algunas de las
mujeres de la comunidad indígena y tuvieron hijos que los enraizó a esta
tierra nueva.
Sebastián
fue apartado del lugar; aunque le permitieron vivir en la periferia de la tribu
como uno más de ellos, era celosamente vigilado por los nativos. Le prohibieron
acercarse a Lucía, tanto que el Cacique les prometió que castigaría a ambos con
la muerte. Esa prohibición pesó tanto sobre la conciencia de Sebastián que
evitaba acercarse a su amada, a pesar de tanto deseo y de tanto amor
contenido.
Pasaron
muchos meses. El desamor de Lucía hacia Siripo la avejentaba rápidamente, casi
día por día. Las vejaciones y abusos que la sometía a los deseos del cacique,
fueron mellando la voluntad y razón de la bella mujer.
Una tarde
cualquiera, y como tantas veces, la mayoría de los hombres de la tribu
partieron con sus canoas en busca de mejores promesas de pesca y de caza.
Algunos vigías contaron que en un recodo río arriba, habían divisado una gran
cantidad de chanchos salvajes y nutrias que prometían una cacería abundante. De
inmediato la mayoría de ellos se lanzaron sin dudar a las canoas cargadas con
armas, en busca de la aventura que los mantendrían lejos del asentamiento por
unos días. Hasta el mismo jefe de la tribu iría de cacería con ellos.
Las
comadres y los ancianos que quedaron a cargo del cuidado del caserío, cierto
día distrajeron su tiempo yendo a buscar lodo al río para fabricar cacharros y
artesanías. Además tenían que cortar juncos y leña para el fuego que
se necesitaría cuando los hombres regresen con el resultado de la caza.
El que no
se distrajo nunca en todo ese tiempo fue Sebastián. Aunque llevaba una vida aparentemente
relajada y distante en las márgenes de las tolderías, se movía con sigilo.
Disimuladamente, siempre estuvo al acecho de la casucha donde Lucía convivía
por la fuerza con Siripo.
La
necesidad de ver por una vez a la española, aunque más no sea de lejos, ponía a
Sebastián en un conmovedor alerta. En el espacio que va desde la orilla opuesta
a las casuchas, en la barranca del río donde vivía casi como un animal, podía
cruzar a veces a nado, otras en un batel, hasta la proximidad de la española.
Tanto
esmero… tanto espera… Esa tarde de calor rindió sus frutos cuando observó que
Lucía volvía sola del río descuidada por las comadres de la tribu. Entonces
Sebastián no desaprovechó la oportunidad. Cruzó raudo el cauce del río en una
pequeña canoa hasta encontrarse con ella en el caminito intrincado. Ahora están
uno frente al otro por primera vez en …¿ Cuánto tiempo?...Que importa
ahora. Lo único que importa es que no hubo más que abrazos y besos
disparados desde el atraso de amor de ambos.
La pasión
los envolvió en segundos y fueron una sola figura que comenzó a galopar oculta
debajo de las matas de juncos y espinillos que disimulaban las contorsiones de
sus cuerpos, pero que no obstruían los gemidos de placer que exhalaban, aún
cuando intentaban acallarlos tapándose la boca con las manos uno al otro.
Ese fue
el comienzo de una serie larga de encuentros que se tejían previamente con
paciencia, a través de señales inequívocas de ramas cruzadas o cortadas ex
profeso; o con piedras amontonadas, que señalaban el lugar donde se verían la
próxima vez.
Inevitablemente,
la pasión y el amor que los envolvía los predispuso a la fuga en algún momento
oportuno. Ese momento llegó una noche que los indígenas dormían un pesado sueño
decretado por el alcohol. Habían festejado todo un día con comidas, bebidas
y danzas rituales, en honor a los dioses que les entregaba comida en
abundancia con el mínimo esfuerzo.
Esa
medianoche, los amantes huyeron silenciosos con un batel pequeño río abajo
iluminados por una débil luna. Sebastián tenía otra canoa más grande y
segura escondida cerca del fuerte, donde esperaban encontrar a otros españoles.
Ambos remaron desordenados y nerviosos a favor de la corriente del río en
procura de la libertad que necesitaban, para disfrutar de este amor que perduró
a través del tiempo y los avatares de la vida en esta región.
Lucía y
Sebastián remaron durante horas con desesperación y con la esperanza de los que
huyen del dolor para tratar de llegar a conquistar la paz y la felicidad.
Por la
madrugada llegaron a la desembocadura del estrecho río Carcarañá en el
caudaloso río Paraná, donde los españoles habían construido el Fuerte muchos
meses atrás. Pero el Fuerte que antes luciera desafiante y enérgico, ahora solo
es una masa de maderas y palos carbonizados que apenas se mantienen erguidos
por pedazos. De los expedicionarios que vivían allí no quedan rastros. Tal vez
ya volvieron a sus tierras , o …Ninguno de los dos quiere pensar en lo
peor...Pero lo cierto es que Lucía y Sebastián ahora están asustados; con
miedo; doloridos por tanto sufrimiento pasado. Descienden de la canoa
para revisar un poco el caserío, o lo que queda de él, para tratar de
encontrar algo de utilidad. Entre los restos de lo que fue su casa rescatan
solo recuerdos, porque no quedó absolutamente nada. Han saqueado hasta la
última de sus pocas pertenencias y del resto se habrá ocupado el fuego o el
tiempo.
Ahora no
queda sino seguir huyendo… Se animan uno al otro para continuar, aunque las
fuerzas de ambos están menguadas; sin dormir, con hambre, desfallecientes...
Está por amanecer. No pueden ni deben detenerse porque a estas horas alguien
debe estar saliendo de la borrachera de la noche anterior en las tolderías. Si
detectan la huída de Lucía, buscarán a Sebastián. Si descubren que tampoco está
Sebastián, los indígenas saldrán a perseguirlos enfurecidos.
Una vez
que se convencen que nada queda en el lugar donde fueron tan felices, Sebastián
toma de la mano a Lucía la abraza, la besa con cariño y la empuja a seguir. Es
el momento de huir para siempre de allí.
Comienzan
a bajar por la orilla del río buscando la canoa salvadora pero cuando llegan al
sitio donde la dejaron amarrada no la encuentran. En su lugar queda un tiento
de cuero cortado que sujetó la canoa a un árbol de la orilla. Cuando Sebastián
termina de reaccionar ante la pérdida, oye un grito de angustia de Lucía.
Levanta la cabeza, mira alrededor suyo y descubre que una docena de
bravos y fieros nativos les apuntan con lanzas y con flechas a ambos.
Inútil huir u oponer resistencia.
Estos
nativos surgieron entre la tenue luz del amanecer y la congoja que trasuntaba
aquel lugar destruido. La bruma que se levantaba con la nueva mañana era el
marco adecuado para que el horror, de nuevo, esté presente en toda su dimensión
en este lugar, que ahora no es otra cosa más que un cementerio.
Siripo no
era ningún tonto. Nunca descuidó la vigilancia de Lucía ni aún estando ebrio o
lejos de la toldería. Apostó siempre una guardia de fieles seguidores rodeando
las tolderías y otra en el lugar que fue la primera población de
los españoles en América. Por sí aparecían nuevos barcos como los que
trajeron a Lucía y Sebastián... Aquellas naves repletas de extranjeros que
vienen a dominar esta tierra que Siripo conoce tan bien...
Más
tarde, los nativos llevaron prisioneros a Lucía y Sebastián hasta la presencia
de Siripo. Cuando llegan ante el cacique, éste los observa despectivos por un
rato, rodeándolos. Después observa a lo lejos como si no quisiera distraerse.
No quiere mirar a nadie, menos a Lucía. No desea que ésta advierta el odio…
Menos su congoja y su dolor.
Un poco
después, sin emoción en la voz, dio la orden que cumplía la amenaza predicha,
cuando le perdonó la vida a Sebastián por pedido de Lucía.
Los
nativos comenzaron a preparar de inmediato un montón de troncos y juntos secos,
ordenados como jamás se había visto, justo en el centro del campamento. En
pocos minutos la leña estuvo lista y la gente se amontonó alrededor. Acostaron
arriba de la leña a Lucía, la ataron, la insultaron y golpearon
casi hasta desfallecer. No obstante, a la española le quedaron fuerzas para
escuchar como crepitaba el fuego que crecía cada vez más por encima de ella,
hasta volverse dolor y ardor en la carne quemada. Gritó desesperadamente.
Bramó y chilló pidiendo clemencia pero ya era tarde…
Sebastián,
golpeado hasta los huesos, estaba arrodillado frente a los leños que ardían con
fuerza quemando a su amada. Fue obligado a presenciar el horror de la muerte de
Lucía. De rodillas y con un palo cruzado en la espalda con las manos atadas
sobre el tronco, formando una grotesca cruz de carne y madera.
Cuando
los gritos de Lucía se apagaron, hicieron poner de pie a Sebastián. Lo mojaron
íntegro para sacarlo del colapso y luego lo desataron. Después lo instaron a fugar,
empujándolo hasta la orilla del río, donde había menos gente. Allí Sebastián
apeló a sus últimas reservas de energía para tratar de sobrevivir… Los nativos
le dieron espacio como para escapar y lo dejaron adelantarse por unos
cuantos metros.
Cuando Sebastián
comenzó a correr, los indios empezaron la persecución del soldado que huía
aterrado y desfalleciente por la orilla espesa del río Carcarañá, cubierta de
árboles con espinas y malezas bajas.
Los
Corondinos se habían armado con cuchillos, con lanzas y con mazas de palos con
piedras para atrapar al soldado español que corría gritando asustado.
Mientras
perseguían al español, los indígenas se desafiaban entre ellos para ver quien
cazaba primero a Sebastián..
Gustavo
F. Farroni- Clason (Pcia Santa Fe)ARGENTINAJulio 2006
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"ELLOS CREARON UNA NUEVA RELIGIÓN"
-El
taxista entregó a los pasajeros el vuelto. Exactamente los cincuenta centavos
que debía darles, mientras miraba de reojo por el espejo a los señores
con cara de extranjeros: los pasajeros que había trasladado al aeropuerto de
Nework, en New Jersey.
-Fin del
sueño americano! Bye, Bye- dijeron los hombres para sí mismos.
-“Bye”
–Dijo el taxista mientras bajaba las valijas.
Era
sábado de madrugada en New York y el lunes había que retornar la rutina.
-“No hay
nada mejor que haber estado en Nueva York. Si no conoces New York no conoces el
mundo amigo” –Dijo el guía puertorriqueño en el ómnibus que recorría la ciudad
con algunos turistas a bordo; al rato señalaba y describía orgulloso - como si
él fuera el creador- la brillantez y la fastuosidad de las Torres Gemelas
que parecían flamear como una bandera con la mitad superior al sol. Sonaba como
el paradigma nervioso de la meca moderna. La suma arquitectónica de todos
los siglos representados en aquel edificio.
Ya es de
noche. Está cálido e invita a caminar. No sé si es el otoño que recién comienza
y mantiene el clima agradable o es esta noche Newyorkina que pretendo descubrir
mientras admiro la terrible opulencia de sus paredes altas que parecen
tocarse por encima de nuestras cabezas…Es desconcertante para alguien que ha
vivido siempre en una pequeña población.
Observo
las luces que amontonan y desperdigan asombro por toda la ciudad. Aparecen
turistas que contrastan en los idiomas, en el tono de la piel y en las modas.
¡Aquí encuentras realmente la cara que quieres!.
Todos
vienen a ver, entender en parte siquiera, o paladear por lo menos una vez en la
vida y por unas horas este derroche multicolor. Quien sabe cuánto
esfuerzo y ahorros ingentes habrá significado a muchos. O un gesto mínimo para
otros, que están aquí para saborear lo grandioso de esta ciudad y saber como es
el inicio y el fin de la fiesta en el mundo a través de New York.
Los
yankees se subieron a alabastros dorados para colocar en la cúpula del
municipio una enorme copia refulgente de la Estatua de la Libertad, hecha en
oro macizo.
Con ello
simbolizan el sueño de su democracia y las glorias eternas; y el peso de
la historia, y el poder concentrados en esa copia dorada puesta a la
intemperie. –“Vean como podemos hacerlo” –Parecen decir- Y agregan: -“Admiren!
aquí el oro está para usarlo y nosotros lo usamos como queremos!”.
-Ellos inventaron
la opulencia. Ellos inventaron el consumo. Y el jadeo y el pulso acelerado fué
descubierto con el stress con el que nos contagiaron cuando globalizaron la
economía.
Pero sólo
nos mostraron las imágenes y se reservaron el gasto exagerado, trasladándonos
el peso de los problemas económicos y el deseo.
-“El Gran
Sueño Americano”; la práctica de la democracia pura, del desarrollo pleno y la
capacitación total y permanente para todos… (Si no te quedas afuera).
Ellos
tienen con qué. Ellos pueden inventar más y más cosas cada día, porque el grado
de desarrollo alcanzado aún no ha enturbiado sus mentes, más bien parece
expandirlas; y en esa expansión nos van ocupando el territorio…
… Y
entonces consumen litros, ríos de café descafeinado como para atemperar la
culpa de tragar enormes cantidades de hidratos de carbono que acumulan en
centenares de salsas y de enchastres culinarios que comen a toda hora:
manejando o cruzando la calle. En el subte. En el bus y con sus
computadoras. Y se me ocurre y creo verlos aún con los enormes copones de
plásticos (popularizados en el cine, en la TV, en las películas con que después
nos infestan) que toman ese jugo light sin sabor hasta cuando hacen el amor.
(Observesé que lo toman en todos lados, pero nunca superó al consumo del
verdadero café)
Dije el
cine, ah! El cine… Genial invento para que New York esté exportando en ese
vehículo las emociones, el estilo de ese modo de vida tan de magnates. El
cine y la TV americana han popularizado figuras e imágenes. Han engendrado
sueños. Han creado una nueva conciencia y un paradigma de la
cultura en el mundo: en segundos le muestran despiadadamente a decenas de
millones de personas lo que nunca van a tener.
Y
reparemos que esto ha ocurrido en poco menos de cien años de historia de la
humanidad, lo cual ha desarrollado un cambio de conciencia focal.
Las horas
dedicadas a consumir su cultura nos formó nuevas ideas, nuevos pensamientos
para transitar por el mundo.
Hoy
el sentido de vivir parece girar en torno a acumular riquezas. Todos están
pendientes de ese cúmulo de imágenes de lujos, tecnología y placer que
nos muestran intensamente . Todos quieren competir poseyendo esos bienes
materiales.
Tener se
ha vuelto más importante que ser. Ese sueño y esa gestión “ para tener”
es el rezo nacido en el siglo XX que es diferente a todos los rezos
conocidos. Pero es producto de esta nueva religión que busca poder; exige poder
y dinero que permita llegar a los paraísos y al éxtasis que promueven a
toda hora.
Eso
despierta New York en sus formas cósmicas, en las luces y la pasión que
enfurece las mentes de todo el planeta, instruyendo a todos con esta nueva
creencia.
Pero solo
globalizó la tecnología y la economía y las imágenes de su religión. En
Latinoamérica todavía nos resta conocer los beneficios, aunque por un rato unos
pocos elegidos puedan zambullirse en el placer hedonista de nadar en sus
aguas.
En
consecuencia, este gentío que vaga en el mundo insiste en consumir, en consumir
y en consumir aún a costa de perder parte de la frágil salud mental.
No basta
tener hoy un teléfono celular. Debemos tener el “último modelo” de teléfono
celular. Y dentro de unos pocos meses, este será viejo y ya lo cambiaremos por
un nuevo modelo de teléfono celular.
Ah! Este
país! El enorme poder económico que destila en cada metro de su enorme
geografía y la influencia global que ha desarrollado.
Podrán
decir como descargo, que aún sin esta cultura hubo guerras y enconos. Y es
verdad, la estupidez alcanzada por el ser humano no tiene límites y no necesita
mucho para poner en marcha signos y alegorías destructoras.
-“Este
país es grande, hermano, aquí trabajas y vives bien, pero al mismo tiempo todos
están locos, estresados y se mueren pronto, hermano. Aquí todo el mundo corre;
están inquietos por gastar y después están angustiados porque se
endeudan. .. ¡Muchos corren sin saber para qué, hermano”-. Nos contó el
nicaragüense charlatán a orillas del lago Mendota, en “La Terraza del
Madison”, mientras digeríamos unas sabrosas cervezas que aumentaban nuestra
alegría de ese atardecer de otoño tornasolado, ambientados con graznidos
de patos y chillidos de ardillas que buscaban comida alrededor.
-“En
cambio en mi país la gente es feliz y se muere de borrachera, hermano”. –“Son
todos un pueblo de borrachos. Un pueblo pobre, pero feliz. Así es Nicaragua
hermano!”.
Acaso
expresaba, inconscientemente, la ambivalente contrariedad latinoamericana entre
la “opulencia del trabajo” y “la desvirtud del desempleo” con que el mercado
asusta al ser humano.
Esa
América Latina aún sigue investigando entre la atracción por lo nuevo
y el olvido o hasta el rechazo de la cultura de sus entrañas. En
medio de estos extremos, quizás algún día encuentre el equilibrio.
A lo
mejor ese caudal desbordado de imágenes, de marcas y de colores formen
lentamente los anticuerpos para encausar tal desmadre consumista.
-“Puedo
ganar unos veinte dólares la hora aquí arriba”, me dijo el chofer
puertorriqueño del bus que tomamos en el Battery Park luego de visitar la
Estatua de la Libertad. Con él viajamos por los suburbios de New York,
disfrutando de la policromía de los pasajeros que subieron en el recorrido de
casi todos lo barrios de Manhattan.
-“Nunca
podría ganar ese dinero en mi país” –y agregó -“además mi mujer trabaja aquí
como asistente dental y gana bastante bien”. –No, no volvería a mi país”,
espetó lacónico dando por terminada la conversación que había comenzado
con mi pregunta.
Más
tarde, en algún rincón de la enorme catedral de New York ,vimos a algunos
muchachos y chicas paseando el rostro del “Che Guevara” (los vimos pasar con su
habano) en las remeras que la industrialización contemporizó. El marketing que
impone modas y tendencias las ha vendido por todo el mundo, en un
paradójico y reverendo contraste de ideologías y métodos.
El
mercado se aprovechó de aquella cara y usa su nombre, un
cliché –y una marca expuesta en la remera- para vender y lucrar con
alguien que nunca pensó en el dinero…Alguien que incluso transpiró sangre
en la selva boliviana para demostrar su pensamiento.
Hoy,
paradojalmente, en el corazón de este mundo ese rostro se vende sin
piedad, generando millones de dólares a aquellos que fueron sus primeros y
principales enemigos o detractores. Pero, bueno, es el mercado…¡ Así sí, se
justifica!!!
… Alguna
vez escuché en un restaurante de San Ignacio (en la linda Uruguay) a dos
economistas argentinos, aparentemente estudiados en Harvard, hablar de las
bondades mercantilistas de Estados Unidos. Comentaban el estilo americano
y de la economía sin trabas que haría a la gente del mundo más rica y más
feliz. Sus cuatro por cuatro estaban estacionadas enfrente. Alguno de ellos
tenía puesta una remera con dibujos y leyendas del Central Park. Recuerdo
que estaban imaginando un futuro mejor para nuestro país si se imponía esa
bendita religión del norte. Religión del poder, de la riqueza. De los
malls ( los malls: fabulosos muestrarios que miras caminando idiotizado
como todo el mundo, hasta que la fiebre de comprar seguramente te contagia el
paseo…) y de los Mac Donald y los Burguer cercanos, para no perder
tiempo si se te antoja un bocado.
Ninguno
de ellos habló de Reparto Social Equitativo. Ni de Distribución Solidaria.
Estaban inmersos en los cálculos bursátiles y la buenaventuras de las
inversiones que con las importaciones extranjeras “nos permitirán disfrutar
hasta el último aparatito que apareció en EEUU.”
Mas
tarde, en el paseo obligado por la Quinta Avenida (es decir por el templo
mayor –absorto por supuesto-) pasé cerca de la medianoche por el Rockefeller
Center ( en frente de la Trump Building ). Debajo de sus planos y colores
vi dormir entre cartones a muchos descastados que se acurrucaban entorno a los
respiraderos de los edificios para encontrar algo de calor. Otros buscaban
basura en las sobras de los restaurantes mientras un Presidente nos
vendía habanos con sabores especiales, desde un escaparate de una tienda
unos metros más allá...
La verdad
que la mayoría verá pasar este lujo de costado y de lejos…
Los
Estados Nacionales deberían preguntarse quién va a gobernar este capitalismo
inhóspito que destruye puestos, que concentra poder y dinero y que va poniendo
cada vez más la decisión de vivir y dejar vivir en las mentes y en las manos de
unos pocos. Se ha dejado todo librado al mandato de los grandes grupos
económicos y a esas pocas personas. ¿No será hora de una intervención de los
gobiernos que controle a las corporaciones económicas? ... Que favorezcan al
crecimiento económico, la distribución equitativa y recreen un estado de
bienestar social?
Es para
pensar y analizar una frase de un desconocido:” los comunistas nos tuvieron
engañados durante décadas con el comunismo. Pero sobre el capitalismo nos
dijeron la verdad…” Este pensamiento es de un ruso ignoto…
Mientras
tanto, cerca, en la Isla del Caimán y del viejo barbado, se levanta una manera
tangencial y tal vez antigua, la idea de poner una barrera simbólica a todo
aquello que nos lleva a enloquecer y a morir por tener. Aún sin saber
cual es el fin de tener.
Eso sí,
la ecología es la principal preocupación en el país del norte. No sea cosa que
en esta marcha de consumo exagerado, quede todo tirado por allí…
En fin.
Es hermosa esa ciudad, quien puede decir lo contrario. Nada más que
despierta sentidos tan contradictorios…Invita a volar. Pero
también a reflexionar. Aquí todos quieren ser ultra ricos. Todos quieren actuar
en “el gran sueño americano”.
-“Pero
están todos locos, estresados y se mueren pronto hermano.” -Me zumban todavía
las palabras del nicaragüense en los oídos.“En cambio en mi país la gente
es pobre pero feliz y se mueren de borrachera, hermano” -me sigue
diciendo.
Y a mí me
asalta ese latiguillo de “ni un extremo ni el otro. Como en todos los
órdenes de la vida, lograr el equilibrio es lo más difícil.”
Escrito
en diciembre de 1998.
Cualquier
similitud con la actualidad es pura casualidad. Aquí se cumple ese viejo
axioma que reza: “ los hechos superan siempre a la ficción.”
GUSTAVO
FARRONI
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